1 de marzo de 2016

Trumbo: La lista negra de Hollywood


Una excelente película que nos hace patente los estragos causados por las segregaciones,  tomen la bandera que tomen. Guión de Jhon McNamara con la participación de los hijos de Trumbo para adaptarla lo más cercana posible a cómo sucedieron los hechos en la realidad; dirigida por Theodore Shapiro y con una magnífica actuación de Bryan Craston como Trumbo. La película resalta como en momentos de persecución por las ideas que se tienen, cada quien reacciona “según su propia naturaleza, sus necesidades, sus convicciones y sus circunstancias en particular” lo que lleva a una controversia y desencuentro incluso entre aquellos que son víctimas de un hecho tan cruel.


A finales de los años cuarenta en los Estados Unidos se desata una persecución a todo aquel ciudadano que tuviera ideas “comunistas”, los cuales son acusados injustamente de subversivos. Se establece el Comité de Actividades Antinorteamericanas en la Cámara de Representantes que levanta una lista negra de diez guionistas de Hollywood y más de 300 artistas sufren de un boicot por parte de los estudios. Charlie Chaplin, Orson Wells y Paul Robeson, entre otros tuvieron que emigrar o bien pasar a la clandestinidad. Esta paranoia la desata, principalmente, el republicano Joseph McCarthy en los años cincuenta, acompañado por el siniestro Richard Nixon que para entonces era el Gobernador de California.

Dalton Trumbo disfruta de una exitosa carrera cuando comienza la Cacería de Brujas; ingresa a la lista de los llamados “los 10 de Hollywood” y es citado a declarar ante el Comité presidido por otro personaje muy siniestro J. Parnell Thomas. Se niega a declarar sobre sus ideas, filiación política y mucho menos delatar a sus compañeros por lo que es condenado a un año de prisión por desacato; pierde su trabajo por el que percibía 4,000 $ semanales. “Nunca se acaba con cosas como éstas, dándole lo que no tienen derecho a pedir” le dice a otro gran guionista que se llama en la película Eddi pero que en realidad fue Elia Kazan quien sí suministró nombres y se le permitió seguir trabajando. Kazan comienza a sufrir un deterioro en su fuerza creativa y se ve obligado a pedirle ayuda a Trumbo más tarde; Trumbo no le niega su ayuda y esto le cuesta el rechazo de sus compañeros de lucha. En realidad Trumbo no quería revancha, quería continuar con su trabajo aunque para ello tuviera que hacerlo desde la clandestinidad y utilizando seudónimos.

“Cuando uno recuerda esas épocas oscuras, algo que todos deberían hacer de vez en cuando, de nada le sirve buscar héroes o villanos. No los hubo, solo hubo víctimas. Víctimas, porque cada uno de nosotros se vio obligado a decir o hacer cosas que jamás hubiera dicho o hecho, a infligir o sufrir heridas que sinceramente no deseábamos” palabras que pronunció cuando ya había logrado se eliminara la lista y le fue otorgado el premio Laurel del sindicato de guionistas. Demostrando su lealtad con él mismo y sus ideas no se perdió en amarguras contra lo que le hicieron daño y lo traicionaron. Un hombre con un talento excepcional sin duda, pero su mayor talento estriba en su contacto extraordinario con su deseo de mantenerse en su pasión que siempre fue la escritura. Extraordinario por su amor a la familia y su disposición a oír y enmendar lo que hería a los suyos. Después de un desencuentro con su hija la busca y le dice “Lo que escucho es el sonido de mi propio temor. Temo estar lastimándonos. A todos Ustedes ¿y si es todo en vano? Bueno, entonces, peleo. Es todo lo que se hacer últimamente, me enfurezco con todo lo que se me impone y tú nunca te me impusiste Nikola, ni una sola vez” no se esconde de sí mismo ni de los que ama. No en balde ha sido considerado el mejor escritor de guiones cinematográficos de todos los tiempos. Un hombre excéntrico, combativo y con un sentido del humor fantástico, merecía sin duda este gran homenaje que hoy le rinde el mundo. Veremos cómo reacciona Hollywood ante este pasado oscuro de su historia. “porque esa pequeña e insignificante estatuilla dorada esta bañada con la sangre de mis amigos” son las palabras de Trumbo cuando se le pide acepte sus dos Oscar que no había podido recibir en su oportunidad.

Pasaba más de veinte horas trabajando la hija que ya hoy tiene setenta años se ríe de una escena donde la lleva a tomar helados y declara “¡Eso no podría haber pasado nunca! mi padre se pasaba todo el tiempo trabajando y si teníamos problemas íbamos a nuestra madre. Pero él era tremendamente divertido. Aprendimos de él sobre la lengua, sobre la política y sobre cómo pensar. Eso fue maravilloso" Lo recuerda como una persona estoica sobre su pertenencia a la lista negra, solo se preocupaba por las decisiones en cuanto a qué hacer con esa realidad. El comunismo, en realidad, no era muy importante para él, odiaba las reuniones. Era un verdadero pensador independiente y las reuniones de grupo no eran lo suyo. Su lucha era por la democracia la justicia, los derechos civiles y “tener todo eso a tu alrededor es una buena manera de criarte”. Trumbo en su discurso del premio Laurel que le fue otorgado le hace un homenaje a su familia con estas bellas palabras “Ahora miro a mi familia que está aquí presente y entiendo lo que les hice pasar. Eso no es justo. Mi mujer que logró mantenernos unidos, me maravilla. Por eso lo que digo hoy aquí no tiene el fin de herir a nadie, sino de sanar heridas , de reparar esos daños que, durante años, infligimos a los otros y, lo que es aún más atroz, a nosotros mismos.”


Sin lugar a equivocarnos, Trumbo es una gran película, esos momentos gloriosos en que se narra un hecho histórico doloroso para la propia casa que produce una obra conmovedora. Es un homenaje a un hombre que vivió y sufrió pero no cedió ante sus convicciones, esos seres que son los verdaderos ejemplos que la humanidad de vez en cuando nos regala. El testimonio de episodios que deben recordarse para no volverlos a repetir. Veremos cuál es la reacción de una academia con sus propios valores y de una ciudadanía que está a punto de cometer unos de los peores errores mostrados por la humanidad, apoyar a los siniestros segregacionistas de oficio.

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