22 de febrero de 2023

Un mundo loco

 

Ray Mackey (fotografía)


Se nos acaba un organizador para orientarnos, se caen los criterios y se abren otras coordenadas para analizar y entender nuestra realidad. Tendremos que adaptarnos o seguir nadando contra corriente. Algunos nacimos con el complejo del Salmon y, que yo sepa, eso no se opera. No puedes arrancarlo de tu cuerpo y tener un cambio en tu anatomía. No se pueden operar tampoco las creencias fuertemente arraigadas en tu mundo y trasmitidas de generación en generación. Llegamos al futuro y no se si tuvimos un feliz aterrizaje, no he podido saberlo desde mi desgonzada y sorprendente vida. Todo lo que parece no es y lo inverosímil pasó a ser. Esa tranquilidad naturalidad con la que se aceptaba a un hijo, varón o hembra ya quedó en el recuerdo de abuelos y será narrado en las historias y anécdotas de los parlachines viejos. Se les oirá con ternura y una aceptación benévola.

No señor ahora usted no sabe si tuvo un varón o una hembra, hay que esperar a que él mismo lo relate cundo tenga capacidad de hablar y manifestarse. Un equipo de cirujanos bien formados con sus bisturís prestos estarán allí para hacer las modificaciones que su cuerpo amerita. Aquello de la vergüenza o los closets de refugio son cosas del pasado. Esa solapada discriminación de colores en el vestir no separará más nunca a los bebés que ya aparecen llegar con sus ojos pelados y sorprendidos. Ahora se vestirán con ropa trasparentes y pinchos en sus cabecitas y rodillas. Tiras plateadas y bordadas con cabezas de dragones y monstruos que se irán descubriendo cuando desembarquen los nuevos visitantes. No falta mucho para que podamos reunirnos y sentarlos en nuestra mesa, probaremos los manjares traídos del otro mundo. Se acabó la monotonía de los sabores y de los ruidos de los idiomas.

Todo aquel que se empeñe en seguir viendo el mundo tan simple como su pensamiento lleno de ideas prejuiciadas se lo indique será poco a poco marginado y empujado al abismo de una tierra que dejará de ser redonda y dar vueltas en una órbita sin sentido. Ya no será necesario pensar, ¿para qué?, otro le indicará qué hacer, como hacerlo, y sobre todo cuando hacerlo. La indecisión, el titubeo y la duda serán palabras en desuso por la pérdida de significado. Pero un nuevo mal se apoderará de las ciudades y campos y se esparcirá como una pandemia: el fastidio. A bostezar en concierto de gruñidos bien entonados formarán los nuevos coros de las iglesias. Mientras flotamos en nubes de santidad y complacencia con expresiones bobaliconas. Juguemos al carnaval y dejemos la diatriba inútil en búsqueda de libertad. Cuando lo ideal es estar fuertemente atados a una ideología y a la tutoría de los viejos sabios.

Es un triunfo haber dejado atrás ese mundo simple guiado por principios de convivencia y la sospecha como referente. Se acabarán los fantasmas acechando detrás de las puertas y debajo de la cama. No seremos empujados a colaborar con una comunidad en la que nos metieron a los trompicones. El individualismo triunfó y nos preparamos para autoabastecernos, nada de deberle nada a nadie. Se acabó.

A lo mejor llegan los platillos y si no quedan horrorizados y se van serán una alternativa de escape.

Disculpen por este mundo loco pero yo no lo inventé.

 

 

 

15 de febrero de 2023

Traspasar el muro



Si bien es cierto que este gobierno no puede ser catalogado, todavía, como un gobierno totalitario no es menos cierto que hace méritos para lograrlo. Esa tendencia de anularnos como sujetos y hacernos ingresar en una masa que no piensa, no desea, persigue el claro objetivo de apoderarse de nuestras voluntades. Todavía nos quedan algunas libertades que defender como últimos suspiros vitales. Entre ellos nuestro derecho a un sueldo digno. Hemos dado la pelea, en algunas ocasiones con mayor visibilidad y otras más silenciosas. Por esta resistencia este pichón de dictador no lo ha logrado absolutamente, pero es su estrategia. Quebrar la economía, empobrecernos es parte del plan. No lo podemos permitir.

Todo totalitarismo requiere un individuo anulado. Es una idea tribal de las sociedades con políticas identitarias. Hay sociedades donde se observa la repetición de un solo hombre formando comparsas. Pensemos, por ejemplo, en Corea del Norte. Perfectas coreografías de seres que se asemejan mas a robots que a seres humanos. Las otras sociedades no están uniformadas porque en algún grado han mostrado resistencias, unas mas y otras menos, pero todas han tenido que resistir el enfrentamiento brutal de los funcionarios. En nombre de alguna creencia justifican muertes, torturas o cualquier barbaridad que inventen para asustar y doblegar. “Hay que sacrificar al individuo en aras de un bien común” es la base de sus doctrinas. El deseo humano al servicio de la comunidad, todo lo demás es condenado moralmente. Se perfeccionan los sistemas de control y se perfecciona el totalitarismo.

Por ello no van quedando mayores espacios fuera del sistema solo tres posibilidades: asimilarte al sistema, resistir con el riesgo de ser eliminado o escapar a otros países. Sin embargo, suelen ser, a la larga, ellos los derrocados. El muro de Berlín es derribado un diciembre cuando nadie lo esperaba y de forma accidental. El portavoz de Alemania Oriental Günther Schaboski estando en la televisión para hacer un anuncio de permitir visitar Alemania Occidental, pierde el papel donde estaba la programación de lo que tenía que anunciar. Se pone nervioso y ante la pregunta de cuando se comenzaría a dejar pasar esa ficticia frontera respondió: de inmediato. La gente corrió hacia el muro y los guardias permitieron el ingreso de grandes multitudes. “El Muro” símbolo clave de la represión del bloque soviético, había dejado de dividir a Alemania.

Se puede observar como todos los países bajo un sistema totalitario son países empobrecidos. Ciudades que se observan arruinadas, jardines descuidados y paisajes grises sin vida. Países que entran en un remolino de contracción o recesión, la que consiste en una disminución general de la actividad económica, baja producción de bienes y servicios, pobre empleo y reducción de los beneficios, sueldos y salarios. Lo cual produce una perturbación dramática en la vida de una sociedad. No hay progreso ni posibilidad lo que produce un desgano general y un cansancio mortecino. Una economía que no está afectada por un bloqueo, por las sanciones o demás coartadas del régimen para justificar lo injustificable, está afectada por la misma naturaleza del sistema. Claro llega un momento que estas barajitas caen y no hallan como aliviar un poco la presión social de personas con hambre. Terminan siendo victimas de sus propias trampas. Tendrían que deshacer este tinglado de dominación y dejar que la propia sociedad reactive con sus trabajo y competencia los diferentes entuertos, es decir dejar que se traspase el muro.

 

 

8 de febrero de 2023

El mal del que podemos morir

José Almeida


En estos días pudimos conocer que Venezuela fue clasificada por Transparencia Internacional como unos de los países más corrupto de América Latina junto a Nicaragua y Honduras. Un país que goza de total impunidad porque no hay leyes y sin valores no se podría esperar sino que sea albergue preferido por los delincuentes. Aparte de que tenemos nuestra cosecha autóctona no escatimamos en importar todo tipo de maleantes. Esto parece un país sin fondo, se han pasado mas de veinte años saqueando y parece que todavía hay botín que codiciar. Si a las reglas jurídicas y demás controles políticos no se suman “los valores y los asuntos públicos se traten con lealtad y respeto, nada se puede esperar de la lucha por sanear la administración” nos enfatizaba Norberto Bobbio. Junto a la corrupción y el irrespeto por los otros viene la demagogia su hermana gemela. El trato cínico a una sociedad que no muestra integridad.

Opina Fernando Savater lo que ya Freud había resaltado, el ser humano si no es controlado por su entorno su tendencia es delinquir y lo hará si se asegura que su acto no tendrá consecuencias. En la película “El ángel de la muerte” el enfermero asesino al ser interpelado sobre sus motivos para tal horror, contestó: “porque nadie me detuvo” este hecho basado en una historia real es muy ilustrativo de la importancia que tiene el control social y la introyección de los valores. Así que es muy válido que a los políticos se les exija rendición de cuentas de los recursos del estado que están administrando. Sabemos de antemano que no son santos. Y no es santidad lo que demandamos sino honradez. No hay sociedad en la que no se observe avaricias y conductas oscuras. Estamos perdiendo la democracia por la corrupción que gana terreno. Políticos que se comieron el cuento de ser una casta superior e intocable. Políticos somos todos, es el principio de la democracia, los votos tienen el mismo valor. Tranquiliza cuando se tiene un estado vigilante y justo.

La ética les pertenece a los individuos no a los colectivos ni a ninguna otra agrupación que formemos. Siempre estaremos como individuos asumiendo una responsabilidad, de allí que ni moralmente ni jurídicamente es válida la explicación que dan los malhechores y asesinos cuando son atrapados “porque me lo mandaron” o “era mi deber” como se defendió el nazi Adolfo Eichmann en el juicio en Israel. Hay que disminuir la pobreza, la ignorancia, el desempleo y la inflación y ya sabemos como son los indicadores en Venezuela. De la misma manera no tenemos motivos para esperar una disminución de la corrupción y de que dejen de seducir utilizando la mentira y las promesas falsas. Por el mismo fenómeno por lo que tenemos tanta impunidad tenemos políticos mediocres. Para dirigir masas de personas ignorantes e indiferentes no hay que formarse solo basta ser sagaz, como los animales.

Que mal y poco se ha entendido en nuestro país que no se tratan solo de normas y leyes escritas, que no se trata de una “mano fuerte” vociferando desde Miraflores. El problema es colectivo de años de formación. Como nos dice Adela Cortina: “Pocos repararon, durante el auge del constitucionalismo formal que por ciento setenta años ha sembrado incertidumbre en Latinoamérica, que la democracia no es problema de reglas únicamente; que el estado de derecho no se edifica sobre el frágil terreno de los presupuestos teóricos; que la economía de mercado es tema que tiene que ver con la idiosincrasia y la cultura, y que debe estar empapada por la ética”. Allí está la dificultad de nuestros países. La tarea es mucha y el camino empredado, pero no hay otro, mientras más rápido empecemos más temprano tendremos país. Si no emprendemos la tarea el populismo no será combatido y nos consumirá en la mediocridad y la pobreza.