27 de marzo de 2024

Tenacidad y coraje

 

Paul Gaugin


Estamos por ver si estas elecciones para las cuales fuimos convocados este año constituyen simplemente un montaje. Una farsa solo para aparentar, ante el mundo y ellos mismos, que son demócratas en una sociedad abierta. Si en algo está un dictador constantemente amenazado es en la conservación del poder, siempre creen que si se permiten cierta libertad lo va a perder y tienen mucho que ocultar y temer. Estas elecciones, más que ninguna otra, los amenaza de forma importante; han perdido popularidad y las necesidades de los ciudadanos se están haciendo perentorias. El país se cae a pedazos y los habitantes empobrecidos están sin posibilidades de costear las necesidades básicas.

Está, entonces, por verse si estas elecciones son una farsa. Si siguen inhabilitando a sus posibles contrincantes y sus tarjetas, confirmarán ante nosotros y ellos mismos su calificación de dictadores sin caretas. De cualquier forma, que estas elecciones se lleven a cabo, serán fraudulentas, así que cualquier esfuerzo por aminorar los efectos de sus marramucias serán esenciales. Decididos por dar la pelea en las urnas electorales no habrá fraude que pueda con el desprestigio de uno autócratas que van en picada. Han arreciado la persecución y encarcelado a cuanta persona se les ocurre, en un intento de amedrentar a la candidata con mayor popularidad y no han podido. Ya ayer nombró a su sustituta a competir en estas elecciones y por supuesto, aplaudimos el gesto. Esperemos la reacción de animales heridos. No son tiempos fáciles y no nos van a dejar descansar.

Corina Yoris es la persona escogida por María Corina Machado como su representante. La conozco y sé que se trata de una persona íntegra, inteligente y culta pero como decía Albert Einstein “todos somos ignorantes, solo en temas distintos” Corina no es política ni ha sido una experta en estos temas, no es su área preferida. Es una académica e historiadora. Como filósofo se especializó en el área de la lógica y es una erudita de alta formación. Si ella aceptó esta responsabilidad ella sabrá a los compromisos que llegó. Es de una inteligencia privilegiada y de altos valores éticos. No haber ocupado nunca lugares políticos es una ventaja en estos momentos, no podrá ser inhabilitada.

Solo ruego por su integridad y bienestar. Estos desalmados son capaces de cualquier barbaridad y en estos momentos que le son amenazantes profundizaron sus acciones violentas. Estamos bajo las garras de un régimen autoritario cerrado que le está cercenando las posibilidades a la competencia partidista. Quieren asegurarse que nadie les hará competencia. Lo complicado del asunto es que ahora se tendrán que enfrentar a mujeres astutas y decididas con una voluntad inquebrantable.

Es un escenario nuevo que se nos abre producto de tanto fracaso acumulado. Dos mujeres cuyas fortalezas radican en su tenacidad y coraje se enfrentarán a caimanes armados hasta los dientes. Saqueadores que se esfuerzan por ocultar sus botines y que, por supuesto, utilizan sus artimañas para impedir medirse.

 

 

 

 

 

20 de marzo de 2024

Punto de inflexión

 

Egon Schiele


Desde que inventaron la bomba atómica el mundo no descansa. La guerra fría se extendió hasta nuestros días con altos y bajos de amenazas, pero la amenaza que cierne sobre la humanidad está allí en manos de mentes atormentadas. Nunca debió construirse un arma de destrucción de esa magnitud, pero a la tecnología no se le pone límites, no es posible. La inteligencia humana es asombrosa cuando de destrucción se trata. Estamos traspasando un momento especialmente delicado a nivel mundial y por esa misma razón las potencias que luchan por ganar terrenos para imponer su hegemonía, tanto económica como ideológica, asientan su poder para no retroceder. Venezuela no está aislada y la actual autocracia se alió con el ala antidemocrática, Rusia, Irán y China tienen sus garras en nuestro terreno. Factor que no podemos ignorar.

En estas luchas nos encontramos, por lo que vemos como se intensifican las políticas de persecución y cierre del espacio cívico haciéndonos todavía más turbio el ambiente ante estas elecciones. Todo parece hacer agua, se expulsa del país a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y de la Corte Penal Internacional, se desconoce los acuerdos firmados en Barbados, ahora se desconoce a la Unión Europea. Las señales son muy claras y peligrosas; dentro de un contexto preliminar a unas elecciones no se barnizó absolutamente nada al contrario se endurecieron las medidas para la población civil. Estamos nuevamente inmersos en una paralización económica. Estas señales de agravamiento del escenario de la crisis humanitaria en un ambiente preelectoral deben poner en movimiento a todos los actores que trabajan por la restauración de la democracia. Pero ¿es así?

Son muchos los intereses que tenemos en juego y muchas las fuerzas que están interviniendo. Se necesitaría claridad del escenario turbio en el que nos movemos y claridad en los movimientos acertados, claridad en el objetivo a alcanzar para poder ganar una guerra no declarada pero eficaz. No, no poseemos ni claridad, ni herramientas. Nos movemos solo por impulsos con un esquema bipolar de los años sesenta. Los buenos contra los malos, los santos contra los demonios, el amigo contra el enemigo, la derecha contra la izquierda. Tenemos un profundo desconocimiento de lo que ponemos en juego porque no nos hemos tomado la molestia de indagar y por otro lado por lo nuevo del movimiento global tan metido en nuestro país que intenta acabar con la democracia y lo está logrando. Vivimos un choque de sistemas, un choque de civilizaciones.

¿Estamos nuevamente en una Guerra Fría? Pareciera que sí, se reordenan los bloques de poder en la que las naciones comienzan a acomodarse y por nosotros se escogió quedar del lado oriental en este nuevo muro que se levanta. Es aquí donde quedamos inermes con el aumento de los prejuicios, la ignorancia y la deshumanización del adversario. La civilización y la democracia aun no están muertas y en Europa hay señales de lucha por rescatarla. Al menos Macron se despertó y la Unión Europea volteó a mirarnos. Hay posibilidades de nuevas sinergias mundiales, quizás estemos a tiempo de reubicarnos.

¿Seguiremos peleando por estos problemas locales con la mirada perdida? ¿Seguiremos jugando a los todopoderosos? ¿Seguiremos jugando a los más sabios y despreciando al que piense distinto? ¿Seguiremos con nuestros prejuicios y arrogancia? Cuando el CNE acaba de hacer un desguace con los partidos y candidatos inscritos. Nunca habíamos estado tan acosados ante unas elecciones. Vamos a unas elecciones de lo posible, no de lo deseable.

El momento es decisivo y lo que hagamos no tendrá vuelta atrás sino dentro de décadas, quizás siglos. Es como para estar altamente preocupados si no estamos adormecidos con la droga de la ignorancia.

13 de marzo de 2024

Opciones reales

 

Mark Ernst


Se observan los rostros cada vez más tensos, las frentes mostrando los surcos que va dejando el pensamiento y una respiración pesada que de vez en cuando deja escapar un suspiro. Labios sellados y palabras restringidas, ya se dijo lo que se tenía que decir y es poco lo que se puede agregar. Nuevamente en espera de una decisión que no nos corresponde, ni podemos tomarla. El tiempo, como suele sucedernos, se nos vino encima. Hay una experiencia que por fallas del lenguaje no hemos traducido a lo útil. Seguimos repitiendo una misma estrofa anclados en la admiración por el titán. El mundo y los dioses embravecidos fluyen y arrojan sus venenos. Una larva que se expande.

Tomamos buenas decisiones, entendimos que si nos llamamos demócratas es en consecuencia que debemos actuar. Pero arrogantes desconocemos que estamos sumergidos en órdenes de autoritarios, mandones deshonestos y tramposos. A esos escollos y como sortearlos con el menor daño es que debíamos estar preparados. La existencia son cambios que requieren plasticidad y nuevas respuestas de parte nuestra. No llegaremos sino a estrellarnos al mantenernos simulando una posibilidad que no existe sino en fantasías de inmortales e invencibles, de humanos que se disfrazaron de dioses.

Me hago un cuadro sombrío de la actualidad y cada quien traza sus líneas según lo vea, pero la verdad es que la realidad sigue su camino independientemente de lo que estemos pensando. A mi me golpea la realidad cada vez más fuerte y me hace someterme a arbitrariedades muy vejantes. Las preguntas de un ¿por qué? quedan sin respuestas mientras observo que algunos corren hacia adelante y otros tantean los precios del mercado electoral. No observo una reflexión que me haga descansar en buenas manos. No existen propuestas de opciones, entre los que figuran como candidatos para definir mi futuro, nuestro futuro. “La verdad ni parpadeará en el momento que tenga que contravenir nuestra limitada visión o frustrar sus expectativas” nos recordó Víctor Krebs en su reciente y corta visita a Caracas. La realidad es lo que vivimos, es que nos están acabando y torturando diariamente.

Se me dificultad ya la lectura de la vida del otro porque cada quien se refugió en “sus cosas” para encontrar el oxígeno que demanda la existencia. Muy válido y yo diría hasta indispensable pero la vida nos está pidiendo una decisión colectiva. ¿Podremos tomarla? ¿Recordaremos a tiempo que estamos inmersos en una cultura? Volveremos a la fantasía y seremos capaces de nuevos poemas, pero para ello tenemos que lograr vivir y para vivir debemos apartar esta aplanadora que nos devora. Nuestras caras hablan mientras las palabras susurran. Esperamos que se entienda que llegamos a una encrucijada muy difícil y no es el realismo mágico ni los dioses del olimpo que nos rescatarán, somos nosotros con nuestra inteligencia y sensibilidad lo que tenemos que plantear la vía a seguir.

Esta es nuestra verdadera necesidad, poder librarnos de los canallas, en palabras de Lacan, y rescatar la esencia cultural a la que pertenecemos. Requerimos una revolución ética, como la denominó Krebs. ¿Acabaremos por entender que no tenemos ni el poder, ni el control? Tenemos que centrarnos en nuestras opciones reconociendo la realidad. Las que nos permite la realidad.