26 de febrero de 2020

Bienvenido Carnaval

Hieronymais Bosch


Cuando estamos más desconcertados y  desorientados, sin guías reales para afrontar una realidad brutal, sin un futuro despejado y con un tiempo detenido, llega el Carnaval. Cuando estamos al borde de la desesperación que se siente cuando nada parece posible, llega el Carnaval. El Carnaval una gran obra de teatro en la que todos participamos para llevar a cabo rituales y hacer catarsis. Cambiamos de disfraz y con nuevas vestimentas actuamos con mayor libertad y sin tanto agobio por no perder la compostura. Ahora si podemos decir lo que sea, total solo estamos representando un personaje que desaparecerá en una semana. No hay honor, dignidad, lugar que cuidar, todos somos iguales en Carnaval.

No tenemos que preocuparnos de las reservas de agua, de las fuentes de energía, de las leyes del mercado. Solo por poco días, tampoco es grave por una semana porque en realidad igual después tampoco será problema para nadie, solo que no podremos decirlo porque en ese otro escenario debemos fingir que si contamos con estadistas competentes. Debemos tener fe, esperanza y caridad, en fin debemos. En Carnaval no, estamos exentos de todo fingimiento. Ideal es que pudiéramos exhibir con desparpajo nuestro desencanto bailando y cantando en las calles pero somos fiesteros pero no incautos. En la calle puede que una bala no disfrazada sino de verdad no nos deje disfrutar la Semana Santa y las playas. Miquiti!!!! Tontos tampoco.

Escojamos bien el personaje que vamos a representar y dejémoslo actuar libremente porque no va a afrontar ninguna consecuencias. Es el mecanismo liberador de la catarsis que Aristóteles nos hablaba en su Poética. Personajes hay muchos, tenemos los típicos y los que se han destacado. Tenemos el iracundo, el descreído, el sarcástico, el mentiroso, el sádico, el ladrón, el demagogo, el iluminado, psicópatas y locos por montón. Una amplia gama, en este sentido tenemos los anaqueles bien surtidos. Vaya y escoja el suyo, seamos creativos esa es la cura de nuestros males, reírnos mucho y hacer como que nada es suficientemente importante como para tener una visión clara de país y una estrategia posible para rescatarlo. Pero eso dejémoslo para cuando nos recuerden que “polvo eres y en polvo te convertirás” siempre hay rituales agua fiestas, eso que llamamos “pavosos”.

Pero díganme si no es lo mismo que venimos viviendo aunque sabemos que todo el año no es carnaval. Estamos constantemente viendo como se actúa con desparpajo sin sufrir consecuencias; los mandatarios roban, matan, mienten y son unos disfraces permanentes. Reyes momos que provocan vergüenza en la población que padece profundamente en un país donde nada funciona, una población que batalla con una vida cada vez más precaria. Pero nada, el Rey Momo, por elección en un aquelarre, decretó más días de serpentinas y máscaras. Este Carnaval igual nos coloca un espejo enfrente, no para mostrarnos un contraste sino para mostrar nuestro horror sin disfraz. En estén tiempo detenido llega carnaval para despojarnos de un disfraz, para devolvernos el rostro del trágico  teatro que estamos representando.

Podemos seguir adornando los hechos, creer que vamos bien y que tenemos al Rey Momo acorralado. Podemos seguir creyendo como ciertos nuestros deseos y haciendo catarsis con cada sanción que se le dicte a un enchufado. Alegrarnos porque llegó el agua o porque hoy no me quitaron la electricidad. Creer que nuestra libertad depende de la voluntad de un solo hombre que con hacer un gesto borraría instantáneamente a los indeseables enquistados en Miraflores. Por lo pronto y por una semana me disfrazaré con la magia de los deseos cumplidos en los sueños, pero en una semana despierto con la conocida angustia de la lucha en una difícil realidad. Al menos una semana, bienvenido Carnaval.


4 comentarios:

  1. Excelente escrito, en todas su partes definitivamente es una obra exquisita!

    ResponderEliminar
  2. ... Nos quitaremos solo la careta, el resto del disfraz seguirá intacto, adherido a nuestra piel, siendo parte ya de nuestra gastada humanidad...

    ResponderEliminar