19 de marzo de 2025

La argumentación y la política

 

Caravaggio


La política al ser una actividad humana ingeniada para evitar conflictos y llegar a acuerdos es por esencia una actividad racional en general y argumentativa en la práctica. Está orientada por la lógica y limitada por la vía jurídica. No está ceñida a la actividad proselitista, a la militancia y a los debates ideológicos cerrados en dogmas y extremistas. Así que su práctica es contraria a la rigidez de posturas adoptadas. En el camino se van evaluando los escollos, las imposibilidades y se van adoptando estrategias que se ofrecen al debate. Sin deliberación y sin flexibilidad no hay política sino imposición y descalificación. Se trata de la difícil conformación de un gobierno, lo que en un Estado está permitido hacer, lo que los ciudadanos se pueden permitir como herramientas de vida dentro de la ley.

Todo lo que emane de un sistema de gobierno, sus acciones u omisiones, debe ser susceptible de ser compartido a través de razonamientos. Siempre es una obligación de los dirigentes rendir cuenta a sus seguidores y ser interpelados por estos para exigir razones de sus decisiones. Es característico que el líder encerrado en sus trincheras (por las razones que sean) y solo interpelados por los suyos cercanos, vaya perdiendo contacto con la realidad. No pueden, entonces, estar en capacidad de entender y actuar en concordancia con el momento. En nuestro caso que vivimos en una férrea dictadura no podemos dejar la conducción política de oposición en manos de una sola persona porque pasa lo que está pasando, quedó aislada y perdió el rumbo.

Así que nuestro desconcierto y sensación de fracaso viene de desviaciones duales. De parte del tirano y la anarquía voluntariosa de una líder que dejó de razonar para imponer. Ambos están defendiendo sus bastiones y justificando sus “verdades” pero desconociendo el estado de cosas por las que se sigue hundiendo al país, se desconoce el sufrimiento de una población cada vez más paupérrima y desposeída de los servicios elementales, agua, electricidad, salud y educación. Sabemos que la tiranía no va a flexibilizar sus posturas, al contrario, cada vez las endurece más. Pero aun esperamos que la dirigencia opositora flexibilice su estrategia y la adapte a las circunstancias actuales. No nos encontramos en la misma realidad en la que estábamos cuando acudimos a votar. Toda acción humana debe ser flexible.

Argumentar apelando a una autoridad del carácter que sea (política, religiosa, mágica) es no argumentar. Las más conocidos en nuestro medio son las autoridades extraídas de la religión o apelando a que “así lo quiso la mayoría”. La democracia exige cambios constantes y está siempre en un conflicto porque su naturaleza es deliberativa. La mayoría también se puede equivocar y es parte de la función de liderazgo indicar con razones por que se equivocó.

Para poner orden en nuestro mundo necesitamos razones que le den sentido a lo que sería un caos ininteligible de lo contrario. Cuando expresamos el “aquí no se entiende nada” es porque tenemos un cuarto de siglo viviendo en un caos, es imposible entender que cuando todo ha demostrado ser un fracaso se siga insistiendo en permanecer implementando las mismas políticas. Es imposible entender que en 25 años la oposición siga cometiendo los mismos errores y vaya de fracaso en fracaso, sin tener la capacidad de debatir con sus homólogos. En un mundo que cada vez se aleja más del diálogo y de la argumentación, que cada vez se acerca más al conflicto bélico para dirimir sus diferencias, es un mundo que cada vez se aleja más de ser humano. Es el mundo que Trump, Putin y Maduro quieren.

2 comentarios:

  1. No creo que la autora de estas líneas confunda el deber ser con lo que es, sino que quizá al querer exponer lo que en ideales sociedades democráticas se entiende por política, y por una cuestión de anhelo, escriba como si esa fuera el estado de las cosas en un país que lleva ya décadas en el abismo. Dicho de otra manera; al parecer no es que nos esté dando gato por liebre, sino que habla del deseo compartido por millones en relación con nuestra desgracia porque con una simple pesquisa en internet se comprueba que esa forma de entender la política y la gobernanza no se da ni en las democracias escandinavas, que según los índices democráticos son las que se encuentran mejor evaluadas

    Pero no, la señora Marina no nos está hablando de ideales para la política venezolana, está hablando como si esos modos de gobernar pudieran tener alguna cabida hoy en una nación militarizada, con miles de presos políticos, sin ningún tipo de libertad de expresión y que vive dia a día bajo la vigilancia más extrema para la fulminación de cualquier disidencia, y por eso, es decir, por ese mal diagnóstico de la realidad, el juicio que hace a quienes se oponen políticamente dentro de las fronteras del país es totalmente desatinado.

    Primero; porque pedirle esas formas de ser a quien controla todos los poderes del país, encarcela, tortura y mata a quien le viene en gana es, como dicen, poner la carreta por delante de los caballos, y en este caso, con cientos de kilómetros de distancia. No es que desconozcan, como ella escribe, el estado paupérrimo de las cosas, es que a ese estado es al que de forma planificada han querido llevarnos y mantenernos

    Segundo, si usted en verdad cree que Maria Corina Machado puede tener algo así como un debate con nuestros verdugos, es porque considera que en Venezuela aún resta algún tipo de democracia. Porque, por otra parte, no es que Maria Corina Machado ha decidido atrincherarse y aislarse es que la han obligado a hacerlo y según lo que conozco no hay iniciativas de acercamiento de parte de-por llamarlo de alguna manera- lo que queda de la intelectualidad en el país hacia su liderazgo. Hacer críticas aisladas por una red social poco aporta -aunque algunos vivan en la ficción de que ese es el mundo real y que por esas vías pueden incidir en la realidad- en el establecimiento de esa política con mayúsculas de la que usted habla.

    A quienes usted mide con el mismo rasero son por una parte el dictador y sus compinches, todo el aparato militar de control y opresión, quienes cercenan la libertad, niegan todos los espacios y procuran el aislamiento, y a una señora que vive en la clandestinidad por oponerse a aquellos, por eso es más que tramposo equiparar en el juicio al opresor y al oprimido, es cierto MCM es la líder de la oposición aún hoy, pero ella es alguien quién está tan indefensa frente al poder como cualquiera

    En ese mismo sentido, no podemos ser igual de duros con quienes se supone juegan por y para nuestra parte, que con quienes simplemente quieren vernos muertos. ¿Está cometiendo errores ella en las acciones que ha tomado luego de que la vía del cobro electoral quedó bloqueada? Consideramos que si, porque negada esa vía y en vez de apostar por agentes externos, de quienes también se puede decir que muy poco o nada les importa la democracia, su estrategia debió virar al ofrecimiento de más garantías y posibles recompensas a quienes tienen el aparato represivo para una deseable transición. Pero como decía, sin acercamiento y respaldo público de grupos opositores reales -no de quienes no han parado de criticarla desde que apostará por las primarias, nunca se pusieron de su parte y hoy tienen meses hablando de unas nuevas elecciones y de las sanciones- a su liderazgo para plantear alternativas, los juicios a sus decisiones en esos términos no pasan de ser meros flatus vocis

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    1. Muy interesante tu post que hubiese querido no fuera una respuesta al mío sino tu propia propuesta. No me expresé bien, el debate no sería con el tirano y sus secuaces sino con la sociedad civil organizada el resto de la oposición. Una pequeña limitada reflexión de porque creo que no salimos de dar vueltas una y otra vez. Gracias nuevamente por tomarte el trabajo de razonar el rechazo, de eso se trata.

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