7 de febrero de 2024

Ya no somos los mismos

 

Evgeny Gordiets


El temor de que vuelva a fallar el fin de esta pesadilla nos hace más vulnerables. Más entregados y sin criterios a la voluntad del escogido. Este es el verdadero fantasma destructor que nos acecha, el verdadero populismo maniqueo fue asumido por los habitantes que no dudan en entregarse con fervor religioso a una figura elegida. Con el agravante que la candidata alimenta tal equívoco con convicción. O soy yo o no es nadie. Así que basta una palabra de quien ayer alegaba que no era posible votar teniendo un régimen como el que tenemos y que dio un cambio radical sin darnos razones de su giro. Yo no me siento atada por una promesa hecha. Si la candidata se aparta del sendero electoral, no la acompañaré.

Eso es el populismo, una vez que se ha votado el líder considera que el electorado debe someterse a la voluntad del líder. La paradoja es que mientras mas se van distanciando del respeto por las instituciones y la separación de los poderes, mas populares se hacen. Ellos se sienten escogidos para llevar a cabo una misión y los seguidores se encantan con esa fuerza indomable de su voluntad. Esta es la nueva forma de entender la democracia y es la mejor forma de perderla. Puestos al servicio de una voluntad somo cada vez menos libres. Se hacen dueños de nuestro deseo y de nuestro futuro. Mas de uno de estos líderes lo ha dicho, “aquí se hace lo que decidimos”.

Más allá de la demagogia que se despliega durante las campañas electorales no se les presta atención a rendiciones de cuenta, a las protestas de gremios, ni a ninguna formalidad democrática liberal. El que esté en contra de decisiones tomadas unilateralmente, será considerado inmediatamente un enemigo. Se asume una comunidad de intereses “Yo sé lo que mi pueblo quiere, yo soy el símbolo de mi nación”. Es necesario tener un enemigo para poder tildarles los desaciertos cometidos y la mala administración. El privado de bienes y conocimientos es el justo, el auténtico, el bueno, el moral. Todas las promesas se dirigen a ese sector que cada vez será mas depauperado. En el caso de nuestra población, al ser cada vez más desprovistos de conocimientos y recursos materiales, la mayoría se torna vulnerable a los encantadores de culebras.

Estos discursos que dividen a nuestra sociedad en dos campos antagónicos provocan la paralización del intercambio y el posible diálogo ente nosotros. Es un constante insulto y drama. Si no estás conmigo estás contra mí. Todos estos nuevos populismos son gobiernos autoritarios, el líder enfoca el poder sobre su persona, los demás que pongan objeciones serán descartados o comprados. ¿Cuántas personas no hemos visto bailando la silla? Tenemos experiencia lo que no tenemos es calma y razonamiento. Las sociedades decidieron convertirse al populismo y rechazaron el liberalismo. Se hacen genuflexiones nuevamente ante una imagen mientras surgen los comprados o espontáneos a formar un circo que distraiga. Veinte y cinco años sí han sido demasiado tiempo. Ya no somos los mismos.

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