19 de septiembre de 2018

No se puede con todo




Es muy doloroso ver como se nos va apagando el país poco a poco. Con cada uno de los establecimientos, íconos de nuestros encuentros, decimos adiós a hermosos recuerdos. Restaurantes que hicieron historia y que albergaron nuestras alegrías y amores con sus acogedores ambientes y sus platos típicos. Caracas tenía reconocida fama de buena gastronomía y variedad en sus ofertas para todos los gustos. Se podía degustar cualquier sabor elaborado por reconocidos chefs de todas partes del mundo. Nada que envidiarle a cualquier gran ciudad del mundo. Si se quería comer bien y variado bastaba con venir a Caracas en donde se podía disfrutar de una vida nocturna mágica. Cualquier día estaban llenos de gente conversando y disfrutando de copas de vino y el infaltable whisky. Alegrías y bulla porque hablamos alto y reímos a carcajadas provocando un ambiente lleno de vida y futuro. Estábamos contentos y lo festejábamos.

Tuve la oportunidad de ir a varios restaurantes en estos días, impresiona lo vacíos que se encuentran y como han decaído en la preparación de sus platos. Todavía se puede apreciar el buen trato en la atención aunque sin la escuela propia del buen servir una mesa, improvisados jóvenes con buena disposición. No es posible que se mantengan por mucho tiempo abiertos, así que irán cerrando poco a poco. El desempleo es enorme y se acrecienta. Venezuela se apaga.

Las librerías también comienzan a decirnos adiós. Esa costumbre de estar investigando, ver una referencia que interesa y salir a buscar un libro con la seguridad de encontrarlo se acabó. No es posible importar porque los precios son impagables para los que ganamos en bolívares y contamos con escasos recursos para medio comer. Ahora solo hablamos de cuánto cuesta el huevo o el arroz y como ingeniárselas para tener efectivo. Nuestras preocupaciones se redujeron a la dura lucha por la sobrevivencia. Las angustias son de tal magnitud que se dificulta el contacto con otras personas, nadie está “normal”. Me decía una vecina, profesional, que se había descubierto que la tierra es plana. Al principio creí que bromeaba pero cuando se explayó en su demostración un frío me recorrió la espalda. Quedé callada y contesté “que interesante” con ganas de trancarme en mi casa con llave.

En un muy interesante hilo en twitter de Gustavo Zapata refiriéndose a la alarmante cifra de suicidios que presenciamos en nuestro país, hacia hincapié en la importancia de restaurar los lazos sociales y reencontrarse con la solidaridad, la tolerancia y la empatía. Totalmente acertado, sería lo ideal pero no es lo que pasa. Sin desconocer las múltiples asociaciones y esfuerzos personales admirables que existen para dar apoyo y ayuda a los más necesitados y vulnerables de la población, el trato amistoso y de intercambio diario está trabado, porque cada quien está hablando desde sus particulares fantasmas. Si soy una persona religiosa estoy todo el tiempo rezando, si tiendo a ser mandona ando impartiendo órdenes, si tiendo al chisme y a meter las narices donde no me han llamado ando indagando y preguntando. Si mi flanco débil es sentirme menospreciada todo signo es interpretado como de desprecio. Todo acentuado, exagerado, sin disimulo y sin adornos. De allí que el aislamiento es una defensa para los que contamos con la suerte de aguantarnos en soledad.

Fui a una reunión de condominio porque está alborotado el tema del nuevo sueldo del conserje. Afortunadamente no hubo desacuerdos en aprobar las nuevas reglas de este juego macabro al que tenemos que ceder. Hay que pagar lo ordenado. Pero quedé alterada con el autoritarismo de la presidenta, hasta ese momento, del condominio. Muchas personas se alteraron por su arbitrariedad y ella seguía argumentando y mandando. Bueno ahora quiere acercarse a mí y con una simpatía “actuada” me pidió la invitara a mi casa a tomarse unos tragos y conversar. Vivo asomada a la puerta aterrada de verla cerca porque de algo estoy segura a mi casa no entra. El que no haya vivido en una guerra no puede imaginarse los demonios que se desatan. Yo me espanté cuando ganó Chávez en el 98, ese día mi mamá me dio el único Lexotanil que me he tomado en mi vida, pero si soy honesta no tenía ni idea de lo que tendríamos que padecer. 

Los seres humanos somos muy complejos y difíciles de entender, ya decía Marcuse que solo con la hipótesis de la “pulsión de muerte” se puede explicar el lazo inconsciente que une al oprimido con el opresor. En el análisis que hace Freud del carácter autoritario enfatiza que la persona dominante depende de los que dependen de él. En realidad es una relación simbiótica que debe mantenerse inconsciente. La identificación con el autoritarismo es muy fuerte se quiere poner al otro en la misma condición en la que uno se siente. Subyugados, vejados, mandoneados, sometidos. A diferentes escalas y con daños menores lo vemos por doquier. Si el que cuida un estacionamiento era mandón, “párese aquí, así no al revés, un poquito más atrás, eche para adelante un poquito, no así no, retroceda” hasta sacar de quicio al más pintado, ahora encontramos lo mismo pero exacerbado. No hablemos de los llamados al orden en los automercados. Todo el mundo es presidente pero uno autoritario.

Estas experiencias cotidianas son muy importantes para todos aquellos que se ofenden porque alguien les dice que algo se pierden por no estar aquí. Además qué saludable es no vivir en esta situación, no es para guindarse medallas de honor. Pero de algo estoy segura que el grado de tristeza, soledad y angustia del que decidió no irse es entendible y muy respetable. Dejemos que cada quien se defienda a su manera y tendamos puentes hasta donde podamos, sabiendo que no se puede con todo. Hasta en la consulta psicoanalítica siempre lo tengo presente.

P.D. Ruego a los dioses no me lean mis vecinos.

5 comentarios:

  1. Qué real y bien escrito tu trabajo, querida Marina. Creo que el último reducto que nos queda es refugiarnos en nuestros más cercanos afectos.

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    1. Y se están yendo. Esta pesadilla tendrá fin y espero que pronto. Mil gracias mi querido Alirio

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  2. Vecinaaaaa. Ave Maria . Dios quiera que tus ruegos se hagan realidad porque si no va a arden troya . Muy nostalgico tu escrito

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  3. Muy bueno tu escrito y la realidad de lo que estamos viviendo, a echarle pecho no nos queda de otra a los que no nos podemos o queremos ir. Pero confío en Dios que esto va a cambiar y pronto. Saludos prima

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  4. Un ano hace de este escrito. Un ano.
    Sigo entre el pesimismo y la esperanza....
    A respirar, mientras no lo cobren...
    A agradecer, que fortalece...

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