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Jacob Lawrence |
Vemos con gran preocupación el aumento de la violencia en el mundo actual. Entendemos que es un fenómeno complejo y multicausal: la polarización política de extremos, la desigualdad socio económica, el deterioro del tejido social, el desprestigio de las instituciones, la inmigración descontrolada y otras que se me escapan. El auge que tuvo la elección de autoridades déspotas y arbitrarias mostró con toda ferocidad la voluntad de sometimiento a los ciudadanos, una voluntad que se impuso sobre cualquier otra voluntad. Seres que viven del placer de dominar. Se tenía que esperar que tarde o temprano los ciudadanos respondieran con ferocidad, una ira incontenible y desbordada cuyo deseo inicial es solo destruir, matar, vengar sin límites tanto atropello. “Están creando a la bestia más horrible de todas, masas manipulables llenas de odio" escribió Erik Del Búfalo en tuiter. Así se puede tumbar a una tiranía abusiva, pero tenemos después que construir el país que imaginamos en armonía con todas las fuerzas relevantes de la nación y esa es una labor política.
Hannah Arendt analiza la violencia en el contexto moderno distinguiendo entre ella y el poder político y afirma que son opuestos. Es decir, mientras más violencia habrá menos política. Para ella la violencia es solo un instrumento para alcanzar fines a corto plazo y aunque satisface la ilusión del sujeto de ser reivindicado es ineficaz para construir poder. El verdadero poder surge de la acción conjunta y la participación de los ciudadanos en el ámbito político. La violencia es un efecto de la erosión política y revela la incompetencia de los actores para establecer un nuevo orden basado en acuerdos comunes. La acción política es esencialmente el comienzo de algo nuevo el terreno donde se ejerce la libertad humana. La violencia que estamos observando actualmente en el mundo nos está devolviendo con mucha dureza y ferocidad el descuido que tuvimos en el reconocimiento al otro y el desprecio por el diálogo.
La competencia y la imposición del hombre como recurso en la producción de la riqueza se priorizó como la actividad humana más elevada, es decir ejerciendo una violencia como medio para doblegar al trabajador. La película “Sorry, we missed you” o “Lazos de familia” en español es una lúcida y descarnada crítica a nuestros errores y desprecio al ser humano. Hay que inventar nuevas formas que proporcionen mayor dignidad y libertad para el ser humano, espacios donde se privilegie el respeto por el ámbito privado y los lazos de afectos primordiales. Un mundo donde el principal deseo sea de paz y no de venganza. No podemos seguir permitiendo este poder violento que se impone por poseer el monopolio de las armas. Esta concepción de equidad entre poder y violencia lleva a estas barbaridades que se están observando. Seres desquiciados que se sirven de una violencia institucionalizada.
En el momento que el ciudadano deja de respetar sus instituciones y a las autoridades, en ese momento se pierde el poder y comienza la violencia del estado. Puede estallar una guerra o mantenerse soterrada pero ya la ciudadanía vive bajo un estado de zozobra permanente. Esa angustia constante, ese esperar que algo suceda es terreno fértil para inventar historias distractoras y desviar lo importante que es la unión de los actores políticos de oposición y la nueva construcción del tejido social. Nada puede sustituir el potencial espacio entre los hombres que actúan y hablan. La ira por sí sola no es suficiente, se necesita organización, ideales y voluntad de construir algo nuevo. Las reformas reales no dependen de personalidades sino de principios e instituciones.
Excelente opinión para reflexionar y observar el entorno q nos rodeas con violencia creando la bestia ayudada.por mensajes de odio q se lee a diario en las redes q arrastra a la sociedad a una vorágine de destrucción sin retorno
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