13 de enero de 2016

La magia se hizo realidad


Cuando comienza un año se tiene la sensación de una nueva vida. Es un pensamiento mágico que hace de estas fechas  momentos llenos de expectativas y de ilusión. No faltan los propósitos personales y las promesas de desintoxicación como desagravio a los excesos cometidos en días de fiestas y cambios de rutina tan necesarios. Limpiamos la casa con mayor detenimiento, arreglamos los armarios y salimos de todos los trastos que ya no nos son útiles o tenemos mucho tiempo sin usar. Generalmente estas sensaciones de lo nuevo y de cambios significativos en nuestras vidas comienzan a esfumarse los primeros días de Enero. La realidad nos cae encima con toda su crueldad y no hay otra alternativa que aceptar que todo sigue igual, que no es el calendario el que marca los cambios vitales y no es el empecinado reloj con su indetenible tic tac el que causará el que logremos nuestros muy anhelados deseos. Pues bien, este año es distinto la magia se hizo realidad.


Por supuesto que nuestras claras señales de una vida que se comienza a perfilar distinta no es obra de actos de un mago avezado ni de un brujo mayor; son los resultados de una población cansada de los abusos y maltratos, por un lado, y de pacientes e inteligentes estrategas que lograron abrir una trocha en estos peligrosos juegos de poder, por la otra. Una trocha que se diseñó para entrar por una vía principal, la más importante y respetada desde que el mundo acordó organizarse en democracia, el voto. No es poca la importancia de este camino emprendido, los resultados fueron contundentes puesto que se demostró, irrefutablemente, lo que queremos la mayoría de los habitantes de este hermoso país tan vilipendiado. De esta forma los cimientos del poder quedaron gravemente afectados, no cuentan con el apoyo popular; que si bien les importa poco en sus intenciones de conservar el poder para resguardarse de la justicia, los obligará a quitarse las caretas y quedar al desnudo ante la comunidad nacional e internacional.

Cada paso que den para desconocer la voluntad de los ciudadanos será un jalón más en la soga que les quedó atada al cuello; bravuconadas con voz de mando que ya resuenas en nuestros oídos como gritos destemplados. El tinglado del terror se transformó en una carpa de circo con los peores payasos. Las estrategias de amenazas y muerte, que por un tiempo dieron resultados, perdieron su eficacia al sabernos ahora representados por un poder de gran importancia y dirigido por personas de pericia y conocimiento de nuestras leyes y necesidades. Personas justas que no les ha temblado el pulso para comenzar, en pocos días, a ordenar la casa. De allí que el acto simbólico de sacar los trastes que afean y restan solemnidad y prestancia a los espacios públicos donde se decide nuestro destino, es un paso de gran trascendencia y mensaje de que la situación es otra. La forma determinante y hasta humorística del presidente de la nueva democrática Asamblea, recuerda que los bravos no solo están del lado de los perros de jauría. No somos igual pero también nos molestamos, son muchos años de haber sido sometidos a un despojo masivo de lo nuestro. La dignidad regresa con determinación y autoridad otorgada a través de las urnas electorales. Una sonrisa de alivio se dibuja en nuestras caras.

Una vez recuperados nuestros símbolos, los de todos, esos que están incrustados en nuestro acervo cultural, la tarea es de gran envergadura. El país está arrasado, no dejaron una sola área sin pasar un tractor sobre ellas y no descansan en su objetivo destructor. No podemos distraernos en consideraciones estériles, llegó la hora de los temples de acero, del pensamiento claro y de una decidida voluntad, el país es la causa. Si somos distintos y hay que demostrarlo, no podemos desmantelar un imaginario fetichista para perseguir nuevos salvadores o dioses de barro. Hombres y mujeres cabales están frente de tan titánica tarea, es el momento de nuestro decidido apoyo así como lo hicimos sin titubear cuando fuimos convocados. No hay dudas, contamos con lo mejor del país, la población realmente preparada y respetuosa de las competencias particulares de cada uno de los actores. Será un año difícil, para qué repetirlo, pero cuando se está en camino de la recuperación de los valores y la convivencia ciudadana, las dificultades se viven de maneras muy distintas. Tenemos ya nuestro lugar simbólico en orden, ahora nos toca desarrollar con creatividad, imaginación y destreza las herramientas legales para salir airosos del chaparrón tramposo que precipitarán estos nubarrones debilitados.

Ahora sí, llegó la hora de desearles de corazón un feliz año nuevo y de pedir que no descuidemos un solo instante nuestra principal tarea. Este 2016 es el año en donde la magia de las fiestas decembrinas se hizo realidad; los deseos de lo mejor para los venezolanos lo tenemos allí a la vuelta de la esquina, no dejemos de sentir con intensa emoción nuestro regreso a la libertad, a la legalidad y a una coexistencia en paz.

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