6 de octubre de 2015

La alquimia del dinero


En un ensayo titulado “In God we trust” Víctor Krebs hace una interesante reflexión sobre el complejo psíquico que representa el dinero. Su título es el lema del billete de un dólar americano que nos revela la paradojal relación que guarda el dinero entre lo espiritual y lo material, a lo que Víctor se refiere como la “alquimia del dinero”. El dinero nos ofrece la posibilidad de transformar nuestros deseos y fantasías en realidades palpables; obtener los bienes que anhelamos; proporcionarnos la calidad y forma de vida que hemos soñado. Llevado a extremos existenciales cada vez más reales, vivimos con la firme convicción que sin dinero no es posible acceder a una vida satisfactoria y plena. Esta paradojal relación (entre lo psíquico y lo material) que guarda el dinero nos ha conducido a batallar por su obtención a cualquier costo, sin detenernos a contactar nuestros deseos, a pensar lo que queremos, a definir y cultivar nuestros gustos; con los que obtendremos y gastaremos el dinero. Lo importante es el dinero, contarlo, amasarlo e invertirlo siguiendo las guías de los expertos en el tema; aquellos expertos en la multiplicación de las monedas. Así el dinero pierde su capacidad transformadora y se convierte en un instrumento de goce en sí mismo. Dejamos de disfrutar del mundo a los que nos da acceso el dinero para dedicarnos a reproducir los “In God we trust” al infinitum. El peligro de la polarización como bien advierte Krebs.

De esta forma, al perderse el balance psíquico por el simple instrumento que ayudaría a conformar una vida a nuestra manera, éste se puede convertir en un perturbador por excelencia de cualquier vida individual o colectiva. Conducirnos a la locura, como es tan fácil observar en la fenomenología que nos rodea. De esta forma lo expresa Axel Capriles: “Las finanzas tejen silenciosamente intricados contratos interpersonales, demarcan territorios y fronteras que nos ciñen y violentan disimuladamente. En muchas relaciones de pareja el tema monetario se convierte en tabú pues, de lo contrario, desataría devastadoras tempestades y heridas incurables. El presupuesto agobia la sexualidad y el matrimonio, y es parte de la manipulación y las luchas de poder en las relaciones interpersonales. Los asuntos financieros embrollan el trato con los amigos, los lazos con la pareja, los nexos de parentesco e incluso las relaciones entre padres e hijos. El dinero, en otras palabras, convierte al íntimo en extraño y consteliza la sombra, en el otro”. (Cita tomada del ensayo de Krebs)
El dinero es el tema central de las ideologías referenciales en las organizaciones sociales. Unas ideologías consideran que todo sistema de producción debe estar controlado por el Estado y otras ideologías mantienen que no hay mejor incentivo, para mantener a los ciudadanos productivos, que ellos mismos sean los dueños de sus creaciones comerciales. Esto por supuesto no es banal, el dinero y su capacidad moldeadora de la existencia es el gran motor que impulsa hoy en día los deseos de un hombre universal. En este aspecto todos nos parecemos, lo que es distinto es el lugar psíquico que le otorgamos al dinero. O lo mantenemos en esa bisagra entre lo psíquico y lo material, sin descuidar la esencia del alma y su alimentación cultural o como bien lo expresa Krebs perdemos el balance y quedamos sometidos a “La obsesión por la cifra [que] no es sino el síntoma de un dinero que ha perdido su poder alquímico, que ha dejado de sostener el fino balance entre la materia y el espíritu del que surge. Y es entonces, que el alma, en palabras de James Hillman, es desviada por el camino de la negación y el mundo se abandona a la lujuria, la avaricia y la codicia”. A lo que nos conduce una sociedad que le ha cerrado las puertas a la cultura, que ha ahogado en la pobreza a sus habitantes y que la ha doblegado a través de las dificultades para obtener lo más elemental como es la comida y la medicina.  Herramienta macabra para que olvidemos nuestra esencia movilizadora, los deseos propiamente humanos.
Yuval Noah Harari en su libro “De animales a dioses” dedica todo un capitulo al tema del dinero considerándolo una de las invenciones de la imaginación colectiva de mayor éxito en todo el mundo; de esta forma lo considera “el más universal y más eficiente sistema de confianza mutua que jamás se haya inventado” Es así como confiamos ciegamente en un billete de un dólar, pero también confiamos en el sistema político, social y económico de Los Estados Unidos y en su secretario del Tesoro que firma el billete. Y no importa si vociferamos contra este país, todos veneramos al dólar como antes se veneraba a un Tótem. La moneda de un país deja de ser confiable cuando desconfiamos de un sistema político, social y económico de una sociedad dada y cuando esta moneda pierde su capacidad para adquirir bienes y servicios. Entonces es  cuando, más fácilmente, perdemos el “balance” y nos dedicamos a ver de qué forma obtenemos ese dólar tan codiciado, por cualquier vía, que para eso no se ha perdido la capacidad creativa. Es el camino expedito para perder el alma del colectivo y quedar atados a los múltiples síntomas que estamos padeciendo. En este estado enfermizo en que nos mantenemos no solo perdemos nuestro dinero sino que perdemos la confianza. Se empobrece el alma irremediablemente.
Las conversaciones cada vez más giran sobre la escasez, el costo de los objetos, lo insuficiente de los sueldos. Giran, por lo tanto, en lo que más nos agobia en estos momentos porque no estamos viviendo, estamos sobreviviendo. Nos forzaron a reducirnos a meras cifras y perdemos nuestro valioso tiempo cuantificando objetos y personas. Encuestas que nos cosifican e índices del valor del “In God we trust” son nuestras mayores preocupaciones, en una lamentable pérdida del “sentido existencial” como bien señala Krebs: “Cuando la alquimia del dinero se polariza y éste se reduce solo a cifra material, nos protegemos de la inversión anímica pero al costo del sentido existencial”.

Cuando nos vendemos por un puñado de monedas perdemos nuestra esencia y surgen de las sombras todo tipo de fantasmas.

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