15 de enero de 2025

Organización política, por favor

 

Mary Carmen López

Nuevamente volvemos a atravesar un momento límite, de esos que nos imponemos en una suerte de repetición emanada desde la pulsión de muerte. Por supuesto, de semejante aventura es imposible salir sin magulladuras y heridas. Tardamos meses en sobarnos y comenzar a descargar la rabia a diestra y siniestra. Los objetivos de la cólera quedan marcados y señalados como los enemigos y responsables de nuestra frustración. Es que no aprendemos, no hay ni puede haber fecha para un cambio deseado, esa fecha quedará en nuestra historia una vez que suceda. Esto parecen cosas de videntes y creencias divinas a las que somos irremediables devotos.

 Nuestros líderes, que no son más que una guía de organización, no han logrado romper con el mito cortoplacista tan arraigada en nuestra cultura. Es “ahora o nunca” oímos en varias ocasiones. Ante una frase como esa se hace indispensable interrogarse por la capacidad de leer un futuro. Posibilidad que es atribuida a los dioses. Una dictadura que ha mostrado su capacidad y determinación para ir contra todo vestigio civilizatorio, que repite hasta la saciedad que no dejará el poder, que es capaz de robarse unas elecciones con la mayor desfachatez y armados hasta los dientes era de esperarse se juramentaran como las nuevas autoridades elegidas. No ha debido sorprender.

Fuimos valientes, lo hicimos bien, aunque haya un sector que pregone que ser arrojado y atrevido es una locura y una irresponsabilidad. María Corina Machado tuvo un gran acierto organizativo en las elecciones, pero no en esta coyuntura que la anunció como la estocada final y tampoco fue acertado Edmundo Gonzales haciendo llamadas al Alto Mando Militar, el cual se mantiene fiel a su dictador. Hicieron aseveraciones de una organización que no tenían y anunciaron sorpresas que no se dieron, estas lamentables equivocaciones despertaron y alimentaron ilusiones falsas. Queda un largo trayecto que debemos transitar con unión, objetivos prácticos y organización política.

Hay que arrancarse del alma la fantasía que nuestra situación vaya a cambiar por obra de un milagro, de la buena suerte, de un golpe militar o la intervención extranjera.  No es por fe, ni por creencias, es solo organización política, así como la que se tuvo con los comanditos y recolección de actas. Me parece que, aunque se ha avanzado, aún carecemos de estructura, porque no la hemos sabido construir o porque los esbirros le han echado machete. Los líderes, como humanos que son, también se equivocan.

Mucho avanzamos, haber ganado unas elecciones de forma tan contundente, haberlo podido demostrar, pone a Maduro como dice Barrera Tyszka en su mayor “desafío actoral” “Él sabe que no ganó las elecciones. Todos sus aliados también saben que no ganó. Y los representantes del cuerpo diplomático, los corresponsales extranjeros, los invitados especiales, los generales y los ministros, los funcionarios, los guardaespaldas, los empleados de la limpieza, los televidentes de cualquier parte del mundo… no sólo saben que no ganó, sino saben que además perdió por paliza, que casi el 70% de los votantes quiere que se calle, que se vaya”.

Quiero mantenerme en la realidad, sé que cualquier cosa puede pasar. Estoy cansada de épicas, de memes libertadores, de violencia y de la precariedad. Me desespero porque esta situación cambie, la falta de libertad, el ser presos de una cuerda de malhechores y nuestros familiares y amigos lejos enloquece y tenemos que cuidarnos. De nosotros depende nuestro futuro y nuestros derechos.