22 de septiembre de 2020

El espejo de un informe



Experimentamos el mayor vacío existencial que veníamos presintiendo desde hace mucho en el país, desde que poco a poco se nos fueron cayendo las diversiones con las que habíamos taponeado nuestros malestares y las preguntas existenciales. Una población obesa en estimulación se transformó en una famélica, triste y aburrida. Sin saber qué hacer con nuestro malestar y acostumbrados al consumo como fuente de placer no se nos está ocurriendo otras coartadas vitales que vayan más allá del simple y elemental mecanismo de sujetarnos a cualquier creencia, la que sea más idónea a nuestros esquemas generales de pensamiento y formación. Por ello vemos como se repiten las mismas ideas y se amolda toda interpretación a las creencias inamovibles, incuestionables que no podemos poner en duda. Son los mecanismos de los prejuicios y de los fanatismos. Es la pobreza de sentido que bien describe Rafael Tomás Caldera.

No es para nada extraño como nos hemos tornado en una sociedad fanática y empobrecida en todos los sentidos. La pobreza que no es nueva en el país pero que ha aumentado a niveles alarmantes está matando a la población de hambre y enfermedades. Unida a esta tragedia sin parangón en nuestra historia reciente nos estamos arruinando cada vez más al carecer del razonamiento adecuado para combatir esta marcha hacia la tumba colectiva y anónima. Pasa y pasa el tiempo con sus esperados fracasos y no se observan cambios, rectificaciones, no se aprecia ninguna vergüenza. Al contrario presenciamos declaraciones de personas que hasta ayer apoyaron esta barbarie, mostrarse asombradas con total desparpajo. Uno se pregunta y de qué va todo esto. Se trata de la banalidad del mal que tanto le costó a Hannah Arendt o se trata de simple cinismo humano. Indigna tanta frivolidad acompañada de muerte, tortura y desprecio por la vida humana.

Me parece que entre otras importantes implicaciones es el valor que tiene el haber sido enfrentado en el espejo del informe de la ONU. Las personas, en su mayoría, se expresaron conmovidas y tocadas con tan dura realidad que no nos era desconocida pero que nos introduce en otra dimensión distinta al verla transformada en palabras y por lo tanto dialectizada. ¿Se entró en el campo de la argumentación, de la comprensión razonada? Me parece que lo que, en general, se concluyó de forma un tanto apresurada y arbitraria es si vamos a votar o no. ¿Es que acaso el informe nos empuja en uno u otro sentido? Para muchos si, “es la forma de salir de esta realidad atroz que se describe, votando” para otros “ante esta realidad no vamos a votar convocados por delincuentes” hasta ahí llegamos.

Me gustó el análisis que hace Angelina Jaffé Carbonell quien nos explica cómo se elevan estos crímenes cometidos por los mandos venezolanos hasta los más altos niveles internacionales. Las personas implicadas pueden ser enjuiciadas  en cualquier país que se haya declarado con jurisdicción universal. Lo que más anhelo es justicia para poder calmarnos y llenar nuestros vacíos con algo más que odio y rabia. Debemos, algún día, superar este duelo en el que nos encontramos batallando para todos juntos ayudarnos desde nuestros actos creativos.

Mientras tanto ante la “inhospitalidad del mundo” tal como la escribe Heidegger como resultado del vacío existencial no se valen coartadas de evasión, solo nos queda el camino de apropiarnos con pasión de proyectos individuales y colectivos  llevarlos a cabo con convicción y valentía. No nos abandona el deseo por conseguir nuestra paz interna pero estamos disparando dardos al otro a quien aparentemente hacemos responsables de nuestro malestar. No me refiero a ese otro voraz que nos pisotea con la fuerza de las armas sino al otro hermano que nos agrede con su éxito. ¿Queremos una sociedad de bienestar? No llegaremos a ella con odio, rabia ni de forma banal. Dirijamos nuestra mirada al punto preciso y después zumbemos los dardos.

4 comentarios:

  1. Texto crudo y lúcido, siempre impecablemente escrito y con ese punto de hermoso optimismo gracias

    ResponderEliminar
  2. Marina: excelente fotografía de nuestra realidad. Retrata muy bien el vacío que padecemos y no entendemos


    La pobreza moral, existencial y material avasalla al ciudadano: Unos y otros, enfrentados por todo y por nada.

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno. Seguro leyó el papel literario dedicado a la pobreza de nuestro país. Muchos estamos empezando a valorar el pensamiento de ustedes filósofos , economistas, etc. Por lo menos yo lo agradezco mucho. Está siendo mi aprendizaje.

    ResponderEliminar
  4. El "caso venezolano" es muy doloroso. Además de que desde que aparece la figura de Chávez era la "crónica de una muerte anunciada". Muy autodestructivo en su esencia. No pude con eso y migré a los 51 años. La mejor decisión de mi vida, después de haberme casado con mi amada y única esposa.

    ResponderEliminar