8 de septiembre de 2020

Sectas o partidos políticos


Beryl Cook

El ser humano tiene una fuerte atracción por refugiarse en sectas y de allí sentirse fuerte con su debilidad y en su mediocridad. Toda vicisitud de la vida, duda, pesar o desasosiego es tramitado según los “principios” de la secta. Queda anulado el ser humano y descansa en la tranquilidad de una psique muerta con la licencia de no pensar dado que otros piensan por todos. López Pedraza habla de una “psicología sectaria”. El tema se me hizo particularmente relevante a raíz de los cuestionamientos públicos hechos a Capriles, se le acusa de traidor, de haber roto una “unidad” que no existía. Se le augura todo tipo de desgracia y se le obliga a renunciar a toda posibilidad de intercambio y negociación con los que fueron sus compañeros de partido. Sale execrado, excomulgado.

No me quiero aun pronunciar por lo acertado o no de su jugada política, es muy prematuro, solo quiero hacer hincapié en esta manera extraña de reaccionar de organizaciones políticas “democráticas” que se revelan como sectas. Recordé a unos primos hace mucho tiempo cuando abandonaron su “militancia” del Opus Dei, recuerdo los cuentos de lo difícil que les resultó por la culpa pecaminosa de tal osadía. Recuerdos que tengo yo aun siendo muy niña y que se mantienen con toda la claridad del espanto que me causaron. Hasta sensaciones de asfixia me dio. Un amigo proveniente de un país cercano y que vivió en Venezuela muchos años un día me dijo “Uds. Son más tribales que nosotros” con esa mirada que solo puede tener el que nos ve desde otra perspectiva. No lo entendí porque es parte de mi propia sombra, pero cada vez se me hace más claro a lo que apuntaba este querido amigo al reconocer aspectos de mi propia mediocridad.

Tienden hacer sectas las mismas organizaciones psicoanalíticas, las filosóficas, las religiosas y los delirios de iluminados que los débiles del mundo buscan como moscas la miel. Allí está siempre el gurú para dar la mano al ser que no consigue sus propios recursos para sostenerse a sí mismo. El aceptado en las filas del “Gran hermano” pasa a quedar totalmente tragado por las sensaciones de superioridad y omnipotencia, se siente con autoridad de cometer los crímenes más espeluznantes en nombre del “bien”. López Pedraza recuerda como  en un libro sobre el judaísmo y el nazismo “Sartre trae a colación una analogía con una secta americana, la del Ku-klux-klan cuyos miembros desean “limpiar” el mundo de la gente negra”. Sartre insiste que es la mediocridad la que lleva al hombre débil a unirse a sectas donde refugiarse. Así que es fácil colegir que no son precisamente los valores democráticos los que reinan en estos claustros.

Una vez siendo muy joven y con muchos asuntos difíciles que resolver me fui tres días a un maratón de terapias de grupos que permanecían activos días y noches con escaso tiempo para dormir. Regresé a mi casa trasportada en un estado febril delirante donde repetía ideas que aún recuerdo pero que eran totalmente locas “ya no soy yo, soy este símbolo que me representa” lo que alarmó a la familia y me prohibieron regresar. Lloré, pataleé, grité, quise morir y también me sentí traidora. Eso está allí, es mi sombra y son mis mediocridades de las cuales estoy atenta con los cuatros ojos “pelaos”. No vale el descuido. No admito que traten de ganarme a ningún cuerpo de ideas colectivas dogmáticas, quizás exagero pero es la forma que consigo para escapar del peligro de ser devorada.

Ejercen una atracción magnética para captar “almas perdidas” y encerrarlas en esos cuartos oscuros; fui testigo como penetran colegios y hospitales, sitios que albergan seres desvalidos. Niños inocentes y personas enfermas de bajos recursos sufriendo. Me tocó denunciar a la “dianética” y lograr expulsarlos primero del colegio de mis hijos y más tarde del Hospital donde trabajaba. En palabras de López Pedraza “… se trata de una especie de sectarismo que vale la pena explorar y demuestra que no es necesario tener una forma coherente de pensamiento: porque evidentemente mientras más demencial sean sus principios, más exitosa será la secta”.

Debemos siempre estar atentos con estos encantadores de culebras. El país se rindió una vez y no hemos podido salir del agujero negro al que nos condujo el loco brujo encantador y no es precisamente guiados por otro gurú que encontraremos las energías propias para configurar nuestro deseado mundo.

La política son las estrategias que se plantea un grupo de hombres organizados en partidos políticos, no es una secta de hombres fanáticos imponiendo fantasías o ideas delirantes.

 

1 comentario:

  1. ¡¡Qué buen trabajo, Marina!! Me impresiona mucho porque creo que son vivencias que también hemos compartido.

    ResponderEliminar