28 de junio de 2023

El mundo como espectáculo trágico

Pawel Kuczynski


Ante la falta de sensibilidad y horror que debió despertar el accidente del sumergible, tuvimos dos reacciones desconcertantes y repugnantes. Hubo burlas y desprecio por lo que fue catalogado de millonarios ociosos buscando su tragedia y hubo un regodeo imaginando y describiendo los detalles de una muerte que sabemos fue espantosa. ¿A qué se debe un mundo tan insensible e inclinado a la maldad? Esa es la pregunta y una respuesta, no digo que toda, es habernos acostumbrado a ver nuestro mundo como un espectáculo trágico. También hubo un gran número de personas que quedamos sobrecogidas con el deseo de que fueran rescatados con vida. Ya conocemos el triste final.

En nuestras sociedades occidentales, principalmente cristianas, estábamos acostumbrados a que se nos diera una respuesta marcada por contenidos provenientes de la teodicea, pero poco a poco fue quedando vacío, ya el mundo actual no se conforma con pensar estos acontecimientos terribles contengan un mensaje proveniente de la providencia. Se exigen respuestas laicas, científicas que nos expliquen porque falló la nave que los conducía en su exploración. Se nos suministró y callaron los bufones. Las tragedias en su gran mayoría son errores cometidos por los humanos, menos los telúricos. Tenemos muchas responsabilidades y somos muy ligeros y arriesgados cuando otros ponen su vida en nuestras manos. Eso también es violencia, un mundo dominado por la violencia tal como lo describió Levi-Strauss.

El mal y el sufrimiento no tienen justificación. “No hay mal que por bien no venga” es uno de esos dichos para consolar al que no tiene consuelo inmediato. La mayoría de los dolores los va aminorando la distancia del recuerdo, pero solo aminorando porque allí queda una cicatriz y una herida que de vez en cuando vuelve a abrirse. Esta es nuestra tragedia, la conciencia que tenemos de nuestra historia. Vemos mucho sufrimiento que no ha debido producirse, que ha sido producto de la maldad sin sentido. La muerte de Dios no es el fin del sentido de nuestro mundo ni el advenimiento del nihilismo extremo, solo implica una nueva búsqueda del sentido, el fin de la teodicea (Bernstein). Pero lo que si no debe acabar son los límites que necesariamente tenemos que observar para no hacerle mal a otros. Ahora mas que nunca somos responsables de los males que puedan generar nuestras conductas.

Es el hombre ordinario el que está más expuesto al sufrimiento porque está abandonado a su suerte. No son los héroes que tanto les gustaba a los historiadores de antaño exaltar, es el que se encuentra por azar con lo inesperado que maltrata. Es el azar de la vida que repentinamente nos toca. El mal que vivimos son hombres que se lo infringen a otros hombres, no se trata de un absoluto mas allá de ellos. “El mal radical” del que nos habla Bernstein no se refiere a su intensidad cuantitativa sino a su progresiva proyección cualitativa, que puede abarcar desde actos pequeños hasta actos muy crueles e inhumanos. Así que el burlarse de cinco seres humanos atrapados en una capsula en el fondo del mar, tiene un carácter de mal radical. Expresa la agresividad, rabia y soberbia que va a terminar exterminando al ser humano. Requerimos actuar de una forma inteligente y creativa, activando la sensibilidad y que comience a arrojar luces sobre seres insensibles en un mundo muy oscuro.

 

21 de junio de 2023

En tiempos de oscuridad

Odilon Redon


Sufrimos todos los maltratos, ineficiencia e indiferencia de un gobierno déspota y no hemos entendido que salir de ellos conlleva lucha y persistencia. Cualquier vía escogida nos pondrán trabas y nos cambiarán las reglas del juego, esa experiencia ya la hemos vivido. No quieren dejar el poder, es mucho lo que tienen escondido detrás de los fusiles y los muros de Miraflores. Tenemos que persistir y andar zigzagueando sus minas sembradas y las que van sembrando. Sin estas corazas y convicción nada lograremos. No nos podemos dejar dominar definitivamente por la barbarie y el odio. Nos están impregnando y contagiando el ambiente definitivamente. Rodeados por una atmosfera densa que oculta los secretos y crímenes y no nos permite pensar con claridad.

Venezuela ha tenido una historia de luchas y tenemos derecho a buscar nuevamente la luz que una vez nos alumbró. Nadie nos la regaló, la conquistamos como conquistaremos la de hoy tan puesta en duda. No podemos volvernos a acostumbrar al autoritarismo y la fuerza bruta como en una oportunidad señaló Manuel Caballero. Pensar con claridad y actuar con valentía es en este momento crucial. Los regímenes autoritarios se dan un barniz democrático llamando a elecciones, el mundo contemporáneo lo exige. Es solo una fachada que van entorpecer por todas las vías con el fin de reproducir las prácticas autoritarias. Su intención es manipular las elecciones.

Tuvimos un tiempo de júbilo en los años 1990. Creímos a América del Sur libre de ejercer las elecciones de forma democráticas, es decir con unas democracias consolidadas, sin embargo, cuando estábamos consolidando nuestros sistemas, vía electoral se fueron eligiendo los gobiernos autocráticos. Hoy la mayoría de los países de la región están bajo el control de lo que recientemente se ha denominado “autoritarismo electoral”. Esta modalidad es la más difundida en el mundo en desarrollo para poner fin a las democracias. No son elecciones democráticas las que se celebran, se vulneran todas las garantías de libertad, secreto del voto, y tratan de voltear los mecanismos propios de las votaciones en unos de dominación autoritaria.

Ya sus tramposas actuaciones son desfachatadas porque han ido agarrando confianza, se sienten a sus anchas para ir proponiendo, en otros países, canjes de sus presos corruptos por ciudadanos honestos de otras naciones retenidos, injustamente, en las tenebrosas cárceles venezolanas. Rehenes que pueden ser canjeados y que son tratados como mercancías valoradas. Una y otra vez son rechazados en sus fechorías. Pero estas mismas bravuconadas son armas de doble filo y se les van volteando en su contra. Mientras tanto para nosotros, ciudadanos votantes las mayorías de las jugadas de los factores de poder nos permanecen a oscuras. Hay una lógica de desconfianza que nos mantiene en una duda constante.

Las elecciones son esenciales en el juego político aun siendo distorsionadas, estamos luchando para lograr la mayor claridad posible. A estas alturas nadie imaginaría que celebraríamos unas elecciones trasparentes y en paz. Es una guerra, pero con votos y electores. Nadie tiene la última palabra hasta que se diga.

 

14 de junio de 2023

El peligro del escepticismo

Saul Leiter


El haber sido tan maltratado, tener las heridas abiertas y la tristeza en la mirada nos ha vuelto muy escépticos. Lo primero es la duda ante cualquier decisión importante ante la cual opinamos, pero no tomamos partido fácilmente. Queremos evidencias objetivas las que a veces es imposible encontrar. Está bien esto es mejor que el dogmatismo, pero siempre que no nos paralice. Si queremos cambiar este horror en el que vivimos debemos actuar razonablemente. Después de haber tenido tan disparatadas conducciones es natural que tengamos una actitud más precavida. No debemos deslizarnos hacia el negacionismo y rechazar toda evidencia. Mientras nos mantengamos argumentando y rebatiendo o apoyando opiniones estaremos en el debate público tan vital para la democracia.

Es imposible llegar a un conocimiento absoluto y a una verdad última, pero buscarla alimentará nuestro pensamiento crítico, mantenernos en guardia ante el dogmatismo o pensamientos mágicos de princesas rescatadas o de héroes invencibles. Es muy dura la realidad, pero hay que verla sin adornos. Vencer a nuestros enemigos políticos no nos será fácil a pesar de la certeza de que somos mayoría. Pero hay que intentarlo con nuestra mejor disposición. La vía planteada es electoral y organizarnos para ir a las urnas con un candidato escogido sería nuestra acción cívica, con todas las dudas razonables. El dogmatismo es un mal que acompaña incluso a la duda. Sentarse sobre el escepticismo, no interpelarlo ni razonarlo, también es una postura dogmática.

Estamos ahora en la vía correcta no lo sé, pero agradezco a todo ese sector de nuestra sociedad su ayuda para que resulten lo mejor posible. Somos nuevos luchando contra un autoritarismo. La mayoría de las personas que hoy quedamos en Venezuela vivimos y crecimos en una democracia e ir a unas elecciones nos era normal y hasta una fiesta. Después de votar nos reuníamos y esperábamos los resultados con alegría. Hasta aquel fatídico día que anunciaron a un golpista como el nuevo presidente de la República. Se nos congeló la sonrisa porque sabíamos que lo que venía era duro. Algunos continuaron en su sueño dogmático porque esto no se explica sin miles de cómplices. Hoy soñamos con alejarlos del poder y que se haga justicia.

Estar tranquilos buscando una paz mental en este momento es tarea imposible, o nos involucramos todos en lugar de mantenernos indiferentes o totalmente escépticos es, por decir lo menos, irresponsable. Martha Nussbaum expresó la crítica más desbastadora a este tipo de posiciones del que se presenta como un sabio en el mundo de los brutos. “cuán profundamente egoísta, del hecho solipsista, es el programa escéptico... Si la filosofía solamente es capaz de hacer que el individuo practicante se sienta en calma, entonces los enemigos de Sócrates tendrían razón: la filosofía es una forma peligrosa de autoindulgencia, que subvierte la democracia y sus maestros son corruptores de los jóvenes” Llega a decir, incluso, que los escépticos colaborarían necesariamente con un Hitler, porque ellos no tienen verdades morales elevadas que les impidan hacer eso.

Hay que tomar en cuenta que el mundo moderno es mas escéptico de lo que comúnmente se admite y pueden ser tan dañinos como los dogmáticos. Con muchas dudas acudirían a votar los ucevistas, pero acudieron y tienen su victoria. Ahora a trabajar para mejorar las condiciones de esta importante institución educativa. A pesar del fracaso del primer intento apostaron por una nueva oportunidad. Se erigieron como modelo de la actitud que debemos adoptar.

Conservar en toda postura un termino medio es acercarnos mas a la verdad. Ni dogmatismo ni escepticismo absoluto.