27 de junio de 2017

Brincando por los tejados




Es conocido como el crimen organizado viene ganando terreno en la política Latinoamericana. Las grandes mafias no se comportan de manera muy distinta a estos que dicen representar el socialismo en Venezuela. Se haría inútil buscar características que los diferencien porque tampoco observan ninguna ideología digna de análisis. “Socialismo salvaje” los denomina Fernando Mires y los describe como grupos que actúan de acuerdo a sus instintos de poder. Antidemocráticos e impredecibles porque no siguen guiones orientados por ideas de cambios sociales predeterminados que podamos leer y entender.  Se guían por olfato según los olores que vayan desprendiendo su público y son absolutamente camaleónicos en los distintos escenarios donde deben moverse. Solo objetivos crematísticos y de poder los orientan en sus olfateos estratégicos. Buenos perros de caza y actores para huir de la justicia y mantenerse incólumes a pesar de vivir constantemente en peligros que los amenazan. La muerte está constantemente pisándoles los talones, pero mientras llega van destruyendo, matando, despreciando todo signo de vida digna. Sin contemplación, sin escrúpulos, por eso que la lucha no es una cualquiera como enfatiza Trino Márquez, es una lucha entre la vida y la muerte.

¿Qué diferencia tienen con este fenómeno que ahora se denomina “narcopopulismo” que ha venido ocupando los espacios vacíos dejados por las democracias débiles en nuestros países? La tragedia que enfrentamos es que no solo son ya espacios vacíos sino que se agarraron todo el espacio. No es que se infiltran en la política sino que ya se apropiaron del Estado. Poco a poco y sin mucha traba se posesionaron de los principales poderes, penetraron todas las instituciones, se hicieron de las armas y acabaron con la empresa privada que se mostró incorruptible. Hace tiempo viene denunciándose los negocios ilícitos en los que incursionan altos voceros del “Cartel Bolivariano” pero todo se mantiene como sospecha. Al igual que esa casa misteriosa que acaba de ser ocupada por emigrantes y que todo el mundo observa con recelo, sobre la que se hacen conjeturas, sobre la que se construye todo un imaginario pero nadie se atreve a traspasar su porche. Nada consta realmente pero ha trastocado al vecindario que ahora vive bajo la sospecha.

Este mal terrible que se posó sobre América Latina el narcopopulismo nos obliga a prestarle mayor atención como recomiendan Pablo Querubín “…es interesante entender con mayor profundidad las diversas formas de participación criminal en política. Sería interesante estudiar este fenómeno en otros contextos (por ejemplo, México) Para entender qué tan común es el fenómeno del narcopopulismo (y no solo para el narcotráfico sino también para otro tipo de crimen) y para entender la manera en la cual los criminales combinan las fuentes de jure y de facto de poder político”. Venezuela volvió a batir otro record, el fenómeno nos infectó e inmediatamente se hizo del poder sin perder tiempo, sin titubeos, sin trabas. Y aquí estamos con escudos de cartón entregando una vida cada día en esta lucha de vida o muerte. El poder del crimen organizado en nuestro país ya es total, solo les queda un paso para quitarse de encima el fastidio de estar lidiando con las fuerzas democráticas, cada vez más amplias y más determinadas por el rescate del país.

Tomemos como ejemplo paradigmático a Pablo Escobar y veamos si encontramos alguna diferencia con estos personajes siniestros que se creen dueños de nuestra verdad. No soportaba el anonimato quería ser reconocido y querido por su pueblo. Se presentó como uno más de ellos, un hombre de barrio lo que le confirió su identidad igualitaria y bonachona. Financió, con su dinero mal habido, planes de desarrollo para los suburbios de Medellín; levantó un barrio para desheredados llamado “Medellín sin Tugurios”  un conjunto de 780 viviendas unifamiliares para los más necesitados. Con ello consigue los votos que lo convirtieron en teniente de alcalde del Ayuntamiento de Medellín. Aportó dinero para las campañas presidenciales y parlamentarias intentando siempre penetrar en el núcleo de la sociedad colombiana involucrándose en su política. Forma un grupo político llamado Civismo en Marcha que define como un Nuevo Liberalismo y logra ser diputado en 1982. Pero se encuentra con Luis Carlos Galán, la prensa libre y una sociedad no dispuesta a negociar que logran truncar su escalada. No es un caso aislado pero si el más conocido por la alta popularidad que obtuvo y por lo difícil que se hizo su captura y muerte. Todavía hay sectores de Colombia que le levantan altares, personajes endiosados por los necesitados de salvadores.  Los grandes capos manejan un poder inmenso, penetran todo sector corruptible y sin embargo quieren más, quieren el poder político. Esta ambición fue la perdición de Escobar y también será la de los capos criollos porque se quedaron sin botín, porque el imperio se les volvió sal y agua.

El verdadero poder es el poder político, nuestros capos no tuvieron que usar sus fortunas amasadas en la oscuridad, sino que usaron el dinero del Estado. Hoy viven ellos y sus familias como ricachones exhibiendo su falta de cultura y vulgaridad por el mundo, pero abucheados y perseguidos por la rabia acumulada. Sobrinos presidenciales a un paso de lucir sus trajes naranjas y en el país cada vez más acorralados por la valentía de nuestra gran población decente que no vendimos nuestra alma al diablo. Tendrán que brincar por los tejados sin la habilidad que exhiben los gatos ni la emoción de la “Gata bajo la lluvia” y sin contar con las siete vidas de estas pequeñas panteras. Esperamos con ansias ver a los torpes asesinos balanceándose sobre las cornisas inestables cuando la justicia los alcance. 

20 de junio de 2017

Se solicita una nave




La historia de cómo se ha entendido la locura a través de los tiempos, está llena de anécdotas de todo tipo. Algunas espeluznantes y otras realmente divertidas. Se destaca la historiografía de Michael Foucault “Historia de la locura en la época clásica”, quien “consideró al manicomio como un instrumento del Estado establecido para silenciar a quienes, con su manera de pensar, sentir o comportarse, cuestionaban o amenazaban los valores de las clases dominantes” como destaca Cristina Sacristán. El manicomio, sin embargo, son centros de atención al enfermo mental que no se implementó sino al principio del siglo XIX, siendo Espinel y su alumno Esquirol los que marcan el hecho fundacional.  Estos dos médicos liberan a los insensatos de Bicêtre (Hospital cerca de Paris) de sus cadenas y se impone la implementación de un asilo por cada departamento francés. La obra de Pinel constituye un cambio radical en la percepción que se tiene de la locura. Su tesis principal es que en toda locura hay una parte de razón y es hacia ella que hay que orientar la búsqueda en la dirección de la cura.

Destaca Foucault como en la época del Renacimiento a las personas que perdían la sensatez, el juicio y se mostraban incapaces de valerse por sí mismas eran entregadas a los marineros para que se las llevaran lo más lejos posible en la enigmática “Nave de los locos”. La Iglesia recurría a los exorcismos; los curanderos y hechiceros apelaban por las hierbas medicinales, los sortilegios y practicas supersticiosas de todo tipo. Los médicos diplomados y los boticarios recurrían a diferentes dietas, duchas de agua fría o a las temibles sanguijuelas. La inquisición quemaba a las “brujas”; un sinfín de barbaridades se pueden mencionar en relación a lo que se ha hecho con el enfermo mental. Todas estas prácticas las podemos ver de alguna forma en nuestra sociedad actual. Es como que nada desaparece o se deja atrás, sobreviven como capas superpuestas y hacen su aparición en una clara relación con el grado de primitivismo que haya adquirido la sociedad. Mientras más primitivo se torne el pensamiento, más primitivo será el comportamiento del ser humano en todos los órdenes.

Así nos describía Freud el inconsciente usando como símil las excavaciones que realizan los arqueólogos en una ciudad como Roma. De igual forma podemos rastrear en el inconsciente como somos una complicada formación de contenidos arcaicos provenientes de pasados remotos y que no conocemos. La psiquiatría nunca perdió su poder de ser utilizada como un arma represora y de abusos insospechados. De vez en cuando el horror nos explota en la cara como un escándalo que termina salpicando a toda la sociedad, quizás de manera injusta. Descubrir a un psicópata es difícil por su característica seductora y la sagacidad que demuestran y mucho más si éste ostenta el título de psiquiatra. El paciente que puede denunciar siempre es puesto bajo sospecha en su veracidad; al fin y al cabo queda estigmatizado por su carácter de enfermo mental. De allí que esta es una profesión en la que se requiere un alto grado de compromiso ético, respeto y confidencialidad que, como sabemos, no todos observan. El ser humano es muy plástico y no todo es lo que parece, como podemos observar en la siguiente graciosa anécdota. No es cuento es historia, diría Inés Quintero.

En 1939 se destaca un psiquiatra y psicoanalista catalán llamado François Tosquelles que había combatido en las filas de la Republica española. Es nombrado medico jefe de los servicios de salud de la armada republicana, formó parte del estado donde se ocupó de los problemas de higiene mental. Así nos relata su experiencia que partió del criterio de rechazar a los psiquiatras que le tienen una verdadera fobia a la locura “La primera cosa que hice fue elegir por mí. La caridad bien entendida empieza por casa. Elegí abogados que temían la guerra pero que nunca habían tratado un loco, pintores, hombres de letras, putas. ¡En serio! Amenacé con cerrar las casas de citas (ya prohibidas, pero que funcionaban por todos lados), salvo que se encuentren tres o cuatro putas que conozcan bien a los hombres y que prefieran convertirse en enfermeras -a condición de no acostarse con los enfermos-. Yo les garanticé de no cerrar sus casas y si podía, enviarles soldados. Esas casas de prostitución devendrán anexos de los servicios de psiquiatría. Algunas de esas putas se convirtieron en enfermeras fabulosas. Es extraordinario, ¿no? Y como por su práctica con los hombres, ellas saben que todos son locos -incluso los hombres que van con las putas- su formación profesional es rápida. En un mes una prostituta, un abogado, o un cura se volvía extraordinario”

“La nave de los locos” el exitoso libro de Sebastián Brant plasma su visión sobre la sociedad sobre la que le tocó vivir, los albores del siglo XVI. Nos relata personajes a través de los cuales critica la ignorancia, la necedad y la estupidez sin dejar por fuera a la Iglesia ya que en latín “navis” se refiere a la nave de un templo. El Bosco realizó su interpretación personal de la “Nave de los necios” que se cree forma parte de la serie “los pecados capitales”. Un hecho real y tan curioso que queda plasmado en dos obras de arte que lo inmortaliza. Surge, entonces, de la difícil experiencia humana de convivir con los insensatos dos obras inmortales que plasman lo que ha costado a la humanidad el trato justo del que deben ser objeto los locos. Antes se les segregaba, se les montaba en una nave y no se volvía a tener noción de ellos. Aquellos tiempos bárbaros pero con la clara concepción de que con un loco no se puede convivir sin terminar todos locos. Hemos progresado, no hay duda, pero queda la pregunta de si no nos estamos extralimitando al nombrarlos presidentes.

Como nada pasa sino todo se conserva en el arcaico inconsciente surgen a veces las ganas de conseguir una nave para embarcar tanto insensato e ignorante. Mercancía la tenemos y sobrante, así que se solicita una nave gigante.

14 de junio de 2017

La casa de sol y palmeras




La casa que habitamos tiene siempre una característica muy particular. Es el fiel reflejo de quienes son sus moradores. Cuando invitamos a un extraño a pasar el umbral de nuestras puertas estamos compartiendo y mostrando una intimidad. Algo se intuye de cada uno de nosotros con solo observar los objetos, su disposición, los colores, luminosidad y ventilación.  El orden y la limpieza dan cuenta de cómo se encuentra en realidad nuestra casa interna que es habitada por emociones e ideas. Nada refleja mejor la forma de pensar, vivir y amar que ese hogar al que siempre regresamos y en el que podemos descansar. Espejo de la ética y la estética que habita a cada uno de los miembros de una familia que comparten espacios y en donde se construye lo mejor y más placentero de la vida. Espacio donde nos encontramos con lo mejor y lo peor de cada quien, donde nos conocemos, queremos y nos hacemos indispensables para los demás. Espacio donde transcurre la verdadera existencia que reflejaremos en el trato con los otros. El hogar da sentido a la vida.

Perder una casa es perderse en laberintos desorientadores, es perder la plataforma segura desde la cual celebramos los pequeños detalles cotidianos. Una extraña sensación de no pertenecer a nada, de haber sido arrancado de lo propio nos invade cuando somos expulsados del ambiente que habitamos y que nos habita. Un sinsentido absoluto nos invade y la rabia, impotencia y muerte tiñe todo a nuestro alrededor; dejamos de vivir en solo un instante y por una mala jugada del destino, así de frágil es la vida. Perder una casa no solo sucede cuando somos despojados de los indispensables objetos que nos rodean, sino y sobre todo cuando cualquiera de los nuestros nos es arrebatado vilmente. Cuando se mata a un niño se mata a una familia, se mata a una comunidad, se mata a una nación, se mata la apuesta difícil que se había logrado por la humanidad. Se acaba, con un pedazo de metal, todo lo que por siglos los hombres se han esforzado en construir para la civilización. Se produce un vacío, el mundo se detiene y las palabras se hacen banales. Esas paredes no significaran lo mismo, el hogar se vació de contenido.

La Casa de Arena y Niebla, un film dramático de Vadim Perelman, nos narra la historia de una mujer sola, Kathy (Jennifer Connelly)  que se aferra a su casa como la última certidumbre, el puerto seguro desde el que se puede decidir el resto de los acontecimientos de su vida. Al quedar morosa en el pago de la hipoteca se ve en la situación de un embargo. Es así como la casa es adquirida por un Coronel Iraní, Behrani (Ben Kingsley) quien también intenta darle una estabilidad perdida a su familia. Se establece una querella entre Kathy y Behrani que desemboca en la pérdida de la vida de todos. El Coronel y su esposa se suicidan después de la muerte del hijo y Kathy termina presa. Es una película que tiene el gran valor de mostrar la importancia que para los seres humanos posee la exclusión, el ser despojados de la patria, del trabajo, de la casa, del hogar. Cuando se asesina a un niño todos somos excluidos de un sentido, somos excluidos de un país que no lo sentimos como propio al descubrir que de estas tierras germinó el odio y se levantaron las voces del resentimiento y la violencia. Esa es la dramática historia que escribimos en un afán por recuperar nuestra casa de sol y palmeras. Una historia dramática y de amor que también deja al descubierto lo mejor que hay en nuestra casa. Esa generación de jóvenes con la armonía propia de hogares que cultivaron el componente humano que nos une a todos y que trasciende una cultura particular. La honestidad y el respeto; la determinación y el valor; la justicia y la inclusión. Lo bello que toca las fibras de lo propiamente humano con carácter universal.

Este carácter de perpetuidad es lo que está presente en las obras de los grandes de la literatura. Es la base de su universalidad y no importa en qué idioma está escrita, al lector le mueve a reconocerse en ella por el contenido propiamente humano que trasciende una geografía. No hay dudas de que estamos escribiendo nuestra mejor obra, tenemos que escoger bien nuestras palabras, enriquecer el vocabulario y no perder el hilo de la trama, de esta forma saltaremos las barreras culturales y seremos leídos, con emoción, por nuestros lectores extranjeros. Después de todo, nos dice Carmen Malarée, es el gran logro de Shakespeare, Cervantes, Flaubert, Proust, Neruda, Tagore y Octavio Paz “Repetir en forma interminable las mismas temáticas con distintas palabras, con estructuras diferentes, en diversos ambientes y con cronologías propias” Es así como la temática de las ideologías políticas llevadas a los terrenos de las tiranías han sido también temas de grandes obras literarias; por nombrar solo dos: “Mil novecientos ochenta y cuatro” de George Orwell y “El Señor presidente” de Miguel Ángel Asturias, en las que también encontramos una historia de amor. Al recorrer esas páginas nada de lo allí descrito nos es ajeno.

Estamos en circunstancias extremas y nos hemos comportado con dignidad como resalta Todorov en sus escritos, hay formas de hacerlo porque el “afán de dominar con las armas es un fracaso”. Terminaremos por recuperar nuestra casa y dejaremos las mejores páginas de nuestra historia escritas. Al fin y al cabo los mejores guionistas ya han mostrado lucidez y sensibilidad, no cesan de iluminar nuestras casas de sol y palmeras que los esbirros se empeñan en apagar.

6 de junio de 2017

Toda ventana es indiscreta




Podríamos afirmar que toda ventana es una “ventana indiscreta”. Es la posibilidad de extender nuestra mirada más allá de las cuatro paredes que nos rodean. Abren las ventanas, de este modo, la posibilidad de observar otras vidas que interrogan para salir de la monotonía de la ya conocida y familiar. Esa característica,  propia del ser humano, el voyerismo, que se satisface al fisgonear en las vidas de los otros e irse haciendo una historia, probablemente no real, basada en las imágenes y movimientos atisbados. La famosa película de Alfred Hitchcock nos revela, de forma magistral, como en este juego de miradas hay siempre un deseo puesto en juego, un deseo que busca realizarse o un deseo que se está evitando. Miramos siempre por algo que evitamos ver pero que nos empuja en su búsqueda. Esa visión que si se encuentra puede aterrorizar e incluso no se puede verbalizar en su totalidad, es impensable. Como describe Bernard Dominé refiriéndose a un caso clínico “…el desencadenamiento del goce frente a lo irrepresentable había hecho estallar la ventana tras la cual solía mirar al mundo y luego lo inmundo se imponía por todas partes”.

Lo que queremos mirar a través de la ventana es muy particular para cada quien, depende de la intimidad oculta de cada uno. La pulsión que busca su satisfacción posponiendo el deseo por mantener una ventana soportable hacia el mundo. Cada quien va armando su ficción y voltea a mirar aquello que encaja en los hilos de su historia. Se evita ver lo que se intuye reventaría en mil pedazos la integridad del sujeto, lo que enloquece. En este precario equilibrio hay la tendencia de querer ver todo a pesar de la angustia desbordada que desencadenará la visión vedada. Es un ideario imposible de cumplir sin poner en riesgo la salud mental. El riesgo se paga caro y más en el mundo que hoy habitamos, en el cual las ventanas están abiertas a cualquiera con la inmediatez de un click. Hay un señuelo asequible a todos, que permite como señala Diana Sahovaler “…mostrar todo y un empuje a darse todos los gustos”. Riesgoso a pesar de que la realidad virtual protege al sujeto al mantenerlo oculto. Estamos en un escenario en el cual lo monstruoso se despliega ante nuestra mirada directa; basta asomarse por la ventana y observar escenas de terror las cuales no pueden ser integradas a ningún sentido.  En palabras de Lacan “Sostengo que ningún sentido de la historia es capaz de dar cuenta de este resurgimiento con el que se evidencia que la ofrenda a los dioses oscuros, de un objeto de sacrificio es algo a lo que pocos sujetos pueden sucumbir, en una captura monstruosa” refiriéndose al Holocausto.

Visiones que quedaran repetidas en las pesadillas y en los sobresaltos que padecemos durante el día. Traumas que se repiten hasta que finalmente puedan, de alguna manera, ser integradas en una simbolización que bordee al horror, que lo contenga con el ejercicio creativo. Marcas y cicatrices que solo el pensamiento racional podrá aplacar con el tiempo. Traumas vividos y sufridos por los diferentes sujetos que integramos esta sociedad cruelmente maltratada. “El mundo oscuro de la pulsión, eso que sucede en el amor y en la guerra, y no porque se piense mucho o poco, sino porque atraviesa el pensamiento” especifica Fernando Yurman. Momento de mucho riesgo donde tendremos que escoger que queremos ver y que no podemos, si queremos mantener recursos para sobrevivir. Tenemos una mirada atenta para que estos actos criminales no queden impunes, gracias a la tecnología mucha barbaridad no queda oculta. También es nuestra ventana para que los organismos internacionales no puedan ser engañados por tanto discurso tramposo. Todo está a la vista, hasta la escena en la que a muchos se nos hace insoportable mantener una mirada. Es nuestra opción, aunque seamos invadidos de videos con escena inimaginables, acciones de una perversidad propia de lo que la historia nos relata de los nazis. Historia que no ha debido repetirse pero aquí la tenemos a la vista con solo abrir una ventana, a través de la cual también nos pueden estar acechando. 

Seamos cautos entonces, se trata de no dejarnos vencer en ningún terreno. No podemos enloquecer pero tampoco ser presas fáciles de los cazadores. En estos momentos la ingenuidad puede costarnos la vida, estamos luchando contra individuos salvajes, hampones sin límites, el odio desplegado en su más cruel versión. No estamos en un momento propicio de estar atrayendo miradas, hay intimidades que tienen que ser resguardadas siempre pero más cuando el peligro ya no es imaginario. Este espectáculo del horror debe ser grabado para mostrar una verdad pero no para mostrarnos. Mirar y ser mirado es la lógica de nuestro tiempo, los reality shows cultivaron a la audiencia de una nueva cultura instalada. Esa frágil línea entre los testimonios y el espectáculo debemos cuidarla con un celo especial en momentos delicados. No son momentos de derroches de confidencias sino de las verdades al desnudo de una sociedad perseguida, secuestrada, asediada. Nos están viendo desde adentro y desde afuera, así que nuestras ventanas todas han pasado a ser ventanas indiscretas. Las fuerzas oscuras encriptadas en el alma de los humanos están desatadas y fuera de cualquier control externo, el control solo puede ser privado.