Pawel Kueznski |
Se habla mucho del peligro que corren las democracias con esta embestida de los autoritarios iracundos que salieron a cornear a cualquier democracia descuidada. Las bestias se unen para atacar los derechos humanos, ciudadanos maltratados que han tenido que retroceder asombrados según nos informa “Libertad en el mundo”. Se expanden los gobiernos autoritarios y parecieran ya superando a la democracia como modelo de gobierno. No andan muy despistados dan golpes con certeza sabiendo que nuestro gran defecto es la dificultad en el acuerdo para efectivos planes de rescate de las conquistas logradas. Podemos leer en el “Informe libertad en el mundo” lo siguiente:
“Un total de 60 países sufrieron disminuciones en los derechos políticos y libertades civiles durante el año pasado, mientras que solo 25 mejoraron. Menos países experimentaron mejorías en 2021 que en cualquier otro año desde que comenzó el período actual de declive democrático global. Al día de hoy, alrededor del 38% de la población mundial vive en países calificados como No Libres, la proporción más alta desde 1997. Solo dos de cada 10 personas viven en países Libres”.
Se ayudan los autoritarios entre si en una guerra no tradicional que emprendieron silenciosamente. Los gobiernos de Rusia, China y Turquía han apoyado económicamente al régimen de Maduro, contrarrestando cualquier sanción impuesta por países demócratas del mundo. Se hacen elecciones amañadas y con feroces represiones. Las estrategias son caricaturescas por lo repetidas y descaradas, echando en cara que tienen la guerra asegurada. Actúan con desfachatez y arrogancia. Mientras suprimen todo derecho ellos cantan y bailan. Por supuesto causan indignación y con ello se dificulta más la unión para defendernos. El malestar no permite el lazo social, conduce mas bien al aislamiento de la sobrevivencia.
Esta perspectiva te hace apoyar con todas las fuerzas a Ucrania. Esta invasión por parte de Rusia no puede prosperar. Todas las democracias del mundo están en riesgo y es hora de defenderlas a como de lugar. Pero qué vemos un mundo democrático titubeando cuando la reacción debe ser contundente. Es por ello, por esta diferencia que el autoritarismo viene ganando terreno. Sería terrible un mundo de dictadores y perder los derechos conquistados después de largos años dando la batalla en favor del progreso y la justicia.
Sin embargo, no todo está perdido para los demócratas esas fuerzas para seguir luchando están allí, aunque parecían adormecidas. Así declara Abramowitz “Desde Sudán hasta Myanmar, la gente común sigue arriesgando su vida y su sustento para exigir sus derechos y libertades. Los gobiernos y las sociedades democráticas deben apoyar este deseo fundamental de libertad y construir un mundo en el que finalmente se cumpla” En Venezuela se comienza a experimentar la fuerza de la sociedad con sus líderes naturales, las organizaciones de base reclamando sus salarios y pensiones que se los comió el gordiflón aposentado en Miraflores. De tanto tragar parece un mamut resoplando antes de embestir.
Se ve bien encaminada las protestas por todo el país. Veremos qué pasa el 23 de enero, nuestro día en que celebramos la caída de Pérez Jiménez. Por supuesto no los dejarán llegar a Caracas, pero se protestará en cada región. El 2023 apareció portando una lucecita o quizás es una estrella de libertad. Qué los dioses nos sean favorables.