Pawel Kuczynski |
Podemos extraer del pensamiento de Hannah Arendt que los autoritarismos descansan en tres pilares fundamentales: la legitimación, la represión y la cooptación. Cuando estos pilares o uno de ellos comienza a fallar es posible que el andamiaje de un poder que parecía invencible se comience a desmoronar. Con el reciente comunicado de un grupo de exfuncionarios de Chávez que se manifestaron en su descontento por la situación actual del país se puede colegir una grieta que podría tener mas trascendencia que la que le otorgamos de entrada. En este manifiesto claramente se denuncia la pérdida de legitimidad del actual gobierno: “Nos desplegaremos por el país y el mundo con una propuesta de lucha basada en la reconquista de la democracia y la constitución, el perdón, la reconciliación, el respeto al adversario, el diálogo, el trabajo honesto y liberador que producirá prosperidad para las mayorías, lo cual nos permitirá superar el miedo y el odio. Proponemos un camino de equilibrio entre libertad y justicia post chavista y post antichavista”, afirmaron.
Al fin reconocen la muerte de venezolanos inocentes, la violencia que ha desatado el régimen para mantenerse en el poder en contra de las leyes, generando miedo, apresando adversarios y recurriendo a la tortura. Nelson Chitty La Roche viene insistiendo en recurrir al Referéndum Revocatorio como una herramienta constitucional para lograr la salida de Maduro del poder y poder comenzar a resucitar la Republica y la Democracia. Pues este grupo de exfuncionarios apoyan la propuesta como una vía constitucional de solución del conflicto. En realidad, este régimen se le ve desbalanceado, una economía que no logra su estabilidad ni la va a lograr puesto que los correctivos que se deben implementar no pueden ser asumidos sin abrirse a un mercado de libertades, lo que precisamente quieren cambiar y no han podido sin un serio deterioro de la calidad de vida del venezolano. Por otro lado, tenemos el país mas inseguro de América Latina y un desorden social descomunal, invivible. Una modernización económica y social demasiado rápida implica un riesgo para las autocracias; no se equivocaba Aristóbulo Isturiz.
Es cierto que en Cuba o Corea del Norte los problemas económicos han persistido a lo largo de décadas, mantienen a sus poblaciones en una pobreza extrema y los regímenes se mantienen no solo firmes sino cada vez más autoritarios y represivos. Pareciera entonces que los regímenes autoritarios permanecen en el poder a pesar de las crisis económicas. Pero es importante también observar la fortaleza de sus partidos únicos, en Venezuela que aun no han podido dominar totalmente la sociedad es lo que comienza a observarse, ¿Se desmorona el PSUV? Solo me inclino a mantenerme expectante y no estar lanzando cohetes antes de tiempo. Otro factor a tomar en cuenta es cierto resquebrajamiento del monopolio de la violencia. Hoy una banda de delincuente formada y armada por ellos se les enfrenta en una disputa por un territorio mafioso. La guerra que mantienen con el Coqui, a quien no han podido vencer, aumenta más el dolor y la muerte de nuestras gente. Todo autoritarismo que se respete posee el monopolio de la delincuencia, son ellos y solo ellos los que roban, extorsionan, secuestran y matan. Hoy tienen que negociar con otro capo mafioso.
Por otra parte, el descontento va en aumento y no es descartable una rebelión ciudadana. Los sistemas de dominación nunca son perfectos y se comienzan a ver con claridad grandes grietas en las estructuras. Ahora todo dependerá de nuestra capacidad de lucha y organización. Solo pretendo señalar algunos reflectores que se prenden a pesar del gran deterioro y pronto colapso del sistema eléctrico.