Pawel Kuczynski |
«¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España».
Miguel de Unamuno
No podemos hablar de civilización occidental sin contemplar las universidades. Quedarnos sin universidad es despedirnos de una cultura a la que hemos pertenecido desde que Colon pisó tierra americana. De terminar renunciando a nuestros referentes culturales pasaremos a engrosar el mundo del barbarismo y aumentar la lista de los déspotas que fundamentalmente desprecian el conocimiento y la sensibilidad en relación con la sabiduría. Quedaremos fuera de la competitividad de un mundo que requiere no solo conocimiento sino también una preparación personal para enfrentar nuestro mundo con experticia y adaptación a los cambios. Se requiere de una educación que fomente la investigación y el estudio permanente. Una sociedad que valore su constante progreso y su inserción en un mundo cada vez mas competente no pueda dejar ver morir sus universidades con indiferencia y pasividad. Podríamos afirmar que un país sin universidades es prácticamente enviable. Seremos una masa informe que ocupa un territorio salvaje.
En 1088 se funda la primera universidad en Bolonia, Italia. Se originó en escuelas comunales y por iniciativa de jóvenes ávidos de conocimientos. Nace de una necesidad de la civilización occidental, el deseo de una población que quería saber y la que quería enseñar. Es, en realidad, una de las más grandes creaciones de la civilización occidental. Antes que se constituyeran los Estados europeos modernos, los estudiantes migraban por Europa en búsqueda de los centros de estudios idóneos para sus intereses en el conocimiento. Se formaron verdaderas comunidades de estudiantes tuteladas por maestros. Se luchó desde el principio por la autonomía y se encontró el apoyo de la Iglesia, las universidades eran fundadas por una bula pontificia. También se luchó, desde el siglo XII, por hacer su enseñanza gratuita, pero procurando una alta exigencia en su calidad. Si había un método de selección era por el nivel de inteligencia y competencia actitudinal del estudiante.
Comenzaron por los estudios de humanidades, lo que conocemos hoy como estudios generales y mas tarde se constituyeron las universidades técnicas, más enfocadas a las ciencias y las tecnologías. Las universidades son ventanas hacia un mundo cada vez más complicado en especificidades técnicas como lo es el mundo digital. A tal punto que han quedado las humanidades un tanto menospreciadas y rezagadas. Se comienza a observar de forma grotesca un plan para la eliminación de la filosofía en las universidades de algunos países europeos. Ya Ortega y Gasset lo había advertido “Hace falta transmitir la cultura, esto es, enseñar un sistema completo e integrado de las ideas substantivas del saber de cada época”. Sin tener conocimiento de las ideas vivas que conforman la época que nos toca vivir, se es un inculto. Propuso fundar una Facultad de la Cultura, proyecto que no se concretó. De esto ya hace 60 años. Los países se pierden y caen en manos de la barbarie principalmente por la ignorancia de sus habitantes. Cuando somos incultos no podemos apreciar lo costoso que le ha sido a la humanidad sus conquistas y no sabremos defender sus logros, como son las universidades.
Así que yo prefiero pensar con Mariano Navas Contreras “Por supuesto, la universidad venezolana no ha sido destruida para siempre. No me cabe duda de que resurgirá pues es imposible borrar una historia de tres siglos que se remonta incluso a antes de que fuéramos república y porque, a pesar de lo que algunos desearían, la marcha de un país sin universidades es simplemente inviable”.
Qué artículo tan sabio. Es lamentable ver la sumisión de un pueblo por su ignorancia pero es más lamentable ver a nuestros gobernantes sumisos ante un gobierno extranjero. Pobre Venezuela.
ResponderEliminarExcelente artículo, saludos Fernando desde Nicaragua.
ResponderEliminarLa primera universidad que se fundó no fue la de Boloña, y en Venezuela hay una mezcla de culturas, preponderante su origen Español, pero al menos en el Castellano que hablamos hay muchos elementos indígenas.
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