Somos humanos y por lo tanto sujetos a equívocos en las inferencias y deducciones que hacemos para interpretar nuestro mundo y los acontecimientos. Pero eso de meternos por un solo callejón y sacar idénticas conclusiones de todo los que nos resulte fallido es ya como un disco rayado que poco nos dice. Es cierto que estamos en un estado confuso de manejos malsanos, pero es propio de la inteligencia humana buscar indicios para poder ofrecer conclusiones mas acertadas para los oyentes y nosotros mismos. No todo es conspiración hay también una gran ineficiencia producto de años paralizados, inactivos, con la inteligencia entregada a otros que hagan la tarea. Hace tiempo, demasiado tiempo que pasamos a ser observadores quejumbrosos sin hacernos cargo de buscar los cambios y la forma de lograrlo.
Mientras se cuestiona la emoción, se llama al control y la “compostura” a ser racionales puros y fríos, está progresando, en el mundo, un fenómeno llamado inteligencia artificial tendiente a eliminar toda emoción que es parte sustancial del pensamiento, de la inteligencia humana. Si llegamos a ser dominaos por un monstruo semejante tendremos un mundo de pensamiento único dictado por microchips. Mientras esto nos alcanza y sigue funcionando el pensamiento humano, veremos expresarse las emociones de diferentes formas.
Lo acontecido ayer en la UCV fue un motivo para despertar múltiples sentimientos. Rabia, vergüenza, decepción y una gran frustración. Por supuesto que las mentes de los que estamos pendientes de nuestros acontecimientos relevantes, se llenaron de preguntas que aun no tienen respuesta. También los hay los que saben de todo, los que nunca son sorprendidos, los que siempre conocen cual será el desenlace y los que dan todo por perdido si se trata de elecciones. Manejan certezas y allí encontramos seres fríos sin emociones, incapaces de ser sorprendidos. Ya ellos sabían, aunque por supuesto no sabían nada. En estos seres tenemos un ejemplo de lo que será el mundo si llegaran a ser dominado por la inteligencia artificial. Un mundo sin alma como se expresó acertadamente Fernando Mires. Robots con cálculos exactos sin mucho que crear basados en experiencias vividas.
Yo aun no me sobrepongo de lo que viví como un golpe duro y certero. Aun me asaltan diversas interrogantes y estaré indignada hasta que las autoridades se dignen a darnos información, explicación de lo que pasó. Muchos estaban molestos con los estudiantes que reclamaron de forma airada a los que suponemos responsables de la administración de nuestra casa de estudio. Porque estudiante indignado solo es utilizado para salir a la calle a que lo maten. No y mil veces no, ayer de forma rabiosa y levantando la voz mostraron de forma espontánea su indignación. Porque dejar esperando a la gente en cola por más de cinco horas, sin ninguna clase de explicación, es también una falta de respeto, como lo es dejar a todo el país esperando indefinidamente. Es expresión de opiniones, de hacer valer sus juicios, para mi una acción política que tuvo límite, no hubo acciones vandálicas que hubiesen sido muy lamentables.
No nos domina aun el pensamiento totalitario, no nos ha robotizado, hay dolor y frustración. Esos muchachos que ayer reclamaban nacieron cuando ya el país estaba dominado por un autoritarismo que acabó con la democracia. Sin embargo, expresaron su convicción democrática e hicieron que se los oyera. Ya hoy mas sosegados deben estar reunidos debatiendo acciones a tomar en la próxima convocatoria electoral. La sociedad civil se hizo presente, mostró su compromiso con la democracia y la libertad. Acudió al llamado de la Universidad y reconoció la importancia de la formación y educación. Felicito una vez más al país y estoy segura atenderán a la nueva convocatoria, ahora con mayor prevención. Éxito esta vez.