Cuando comienza un año se tiene la sensación de una nueva
vida. Es un pensamiento mágico que hace de estas fechas momentos llenos de expectativas y de ilusión.
No faltan los propósitos personales y las promesas de desintoxicación como
desagravio a los excesos cometidos en días de fiestas y cambios de rutina tan
necesarios. Limpiamos la casa con mayor detenimiento, arreglamos los armarios y
salimos de todos los trastos que ya no nos son útiles o tenemos mucho tiempo
sin usar. Generalmente estas sensaciones de lo nuevo y de cambios
significativos en nuestras vidas comienzan a esfumarse los primeros días de
Enero. La realidad nos cae encima con toda su crueldad y no hay otra
alternativa que aceptar que todo sigue igual, que no es el calendario el que
marca los cambios vitales y no es el empecinado reloj con su indetenible tic
tac el que causará el que logremos nuestros muy anhelados deseos. Pues bien,
este año es distinto la magia se hizo realidad.
Por supuesto que nuestras claras señales de una vida que se
comienza a perfilar distinta no es obra de actos de un mago avezado ni de un
brujo mayor; son los resultados de una población cansada de los abusos y
maltratos, por un lado, y de pacientes e inteligentes estrategas que lograron
abrir una trocha en estos peligrosos juegos de poder, por la otra. Una trocha
que se diseñó para entrar por una vía principal, la más importante y respetada
desde que el mundo acordó organizarse en democracia, el voto. No es poca la
importancia de este camino emprendido, los resultados fueron contundentes
puesto que se demostró, irrefutablemente, lo que queremos la mayoría de los
habitantes de este hermoso país tan vilipendiado. De esta forma los cimientos
del poder quedaron gravemente afectados, no cuentan con el apoyo popular; que
si bien les importa poco en sus intenciones de conservar el poder para
resguardarse de la justicia, los obligará a quitarse las caretas y quedar al
desnudo ante la comunidad nacional e internacional.
Cada paso que den para desconocer la voluntad de los ciudadanos
será un jalón más en la soga que les quedó atada al cuello; bravuconadas con
voz de mando que ya resuenas en nuestros oídos como gritos destemplados. El
tinglado del terror se transformó en una carpa de circo con los peores payasos.
Las estrategias de amenazas y muerte, que por un tiempo dieron resultados,
perdieron su eficacia al sabernos ahora representados por un poder de gran
importancia y dirigido por personas de pericia y conocimiento de nuestras leyes
y necesidades. Personas justas que no les ha temblado el pulso para comenzar,
en pocos días, a ordenar la casa. De allí que el acto simbólico de sacar los
trastes que afean y restan solemnidad y prestancia a los espacios públicos
donde se decide nuestro destino, es un paso de gran trascendencia y mensaje de
que la situación es otra. La forma determinante y hasta humorística del
presidente de la nueva democrática Asamblea, recuerda que los bravos no solo
están del lado de los perros de jauría. No somos igual pero también nos
molestamos, son muchos años de haber sido sometidos a un despojo masivo de lo
nuestro. La dignidad regresa con determinación y autoridad otorgada a través de
las urnas electorales. Una sonrisa de alivio se dibuja en nuestras caras.
Una vez recuperados nuestros símbolos, los de todos, esos que
están incrustados en nuestro acervo cultural, la tarea es de gran envergadura.
El país está arrasado, no dejaron una sola área sin pasar un tractor sobre
ellas y no descansan en su objetivo destructor. No podemos distraernos en
consideraciones estériles, llegó la hora de los temples de acero, del
pensamiento claro y de una decidida voluntad, el país es la causa. Si somos
distintos y hay que demostrarlo, no podemos desmantelar un imaginario fetichista
para perseguir nuevos salvadores o dioses de barro. Hombres y mujeres cabales
están frente de tan titánica tarea, es el momento de nuestro decidido apoyo así
como lo hicimos sin titubear cuando fuimos convocados. No hay dudas, contamos
con lo mejor del país, la población realmente preparada y respetuosa de las
competencias particulares de cada uno de los actores. Será un año difícil, para
qué repetirlo, pero cuando se está en camino de la recuperación de los valores
y la convivencia ciudadana, las dificultades se viven de maneras muy distintas.
Tenemos ya nuestro lugar simbólico en orden, ahora nos toca desarrollar con
creatividad, imaginación y destreza las herramientas legales para salir airosos
del chaparrón tramposo que precipitarán estos nubarrones debilitados.
Ahora sí, llegó la hora de desearles de corazón un feliz año
nuevo y de pedir que no descuidemos un solo instante nuestra principal tarea.
Este 2016 es el año en donde la magia de las fiestas decembrinas se hizo
realidad; los deseos de lo mejor para los venezolanos lo tenemos allí a la
vuelta de la esquina, no dejemos de sentir con intensa emoción nuestro regreso
a la libertad, a la legalidad y a una coexistencia en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario