Saul Leiter |
El haber sido tan maltratado, tener las heridas abiertas y la tristeza en la mirada nos ha vuelto muy escépticos. Lo primero es la duda ante cualquier decisión importante ante la cual opinamos, pero no tomamos partido fácilmente. Queremos evidencias objetivas las que a veces es imposible encontrar. Está bien esto es mejor que el dogmatismo, pero siempre que no nos paralice. Si queremos cambiar este horror en el que vivimos debemos actuar razonablemente. Después de haber tenido tan disparatadas conducciones es natural que tengamos una actitud más precavida. No debemos deslizarnos hacia el negacionismo y rechazar toda evidencia. Mientras nos mantengamos argumentando y rebatiendo o apoyando opiniones estaremos en el debate público tan vital para la democracia.
Es imposible llegar a un conocimiento absoluto y a una verdad última, pero buscarla alimentará nuestro pensamiento crítico, mantenernos en guardia ante el dogmatismo o pensamientos mágicos de princesas rescatadas o de héroes invencibles. Es muy dura la realidad, pero hay que verla sin adornos. Vencer a nuestros enemigos políticos no nos será fácil a pesar de la certeza de que somos mayoría. Pero hay que intentarlo con nuestra mejor disposición. La vía planteada es electoral y organizarnos para ir a las urnas con un candidato escogido sería nuestra acción cívica, con todas las dudas razonables. El dogmatismo es un mal que acompaña incluso a la duda. Sentarse sobre el escepticismo, no interpelarlo ni razonarlo, también es una postura dogmática.
Estamos ahora en la vía correcta no lo sé, pero agradezco a todo ese sector de nuestra sociedad su ayuda para que resulten lo mejor posible. Somos nuevos luchando contra un autoritarismo. La mayoría de las personas que hoy quedamos en Venezuela vivimos y crecimos en una democracia e ir a unas elecciones nos era normal y hasta una fiesta. Después de votar nos reuníamos y esperábamos los resultados con alegría. Hasta aquel fatídico día que anunciaron a un golpista como el nuevo presidente de la República. Se nos congeló la sonrisa porque sabíamos que lo que venía era duro. Algunos continuaron en su sueño dogmático porque esto no se explica sin miles de cómplices. Hoy soñamos con alejarlos del poder y que se haga justicia.
Estar tranquilos buscando una paz mental en este momento es tarea imposible, o nos involucramos todos en lugar de mantenernos indiferentes o totalmente escépticos es, por decir lo menos, irresponsable. Martha Nussbaum expresó la crítica más desbastadora a este tipo de posiciones del que se presenta como un sabio en el mundo de los brutos. “cuán profundamente egoísta, del hecho solipsista, es el programa escéptico... Si la filosofía solamente es capaz de hacer que el individuo practicante se sienta en calma, entonces los enemigos de Sócrates tendrían razón: la filosofía es una forma peligrosa de autoindulgencia, que subvierte la democracia y sus maestros son corruptores de los jóvenes” Llega a decir, incluso, que los escépticos colaborarían necesariamente con un Hitler, porque ellos no tienen verdades morales elevadas que les impidan hacer eso.
Hay que tomar en cuenta que el mundo moderno es mas escéptico de lo que comúnmente se admite y pueden ser tan dañinos como los dogmáticos. Con muchas dudas acudirían a votar los ucevistas, pero acudieron y tienen su victoria. Ahora a trabajar para mejorar las condiciones de esta importante institución educativa. A pesar del fracaso del primer intento apostaron por una nueva oportunidad. Se erigieron como modelo de la actitud que debemos adoptar.
Conservar en toda postura un termino medio es acercarnos mas a la verdad. Ni dogmatismo ni escepticismo absoluto.
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