Sigmund Freud nace el 6 de Mayo de 1856
en Freiberg, una región de bosques y praderas, situada al sur de Checoslovaquia
y a unos 250 Kms de Viena. Pertenece a
una familia judía de origen alemán y es primogénito del segundo matrimonio de
su padre Jakob Freud y Amelia Northansohn.
Desde su nacimiento Sigmund Freud tiene que sufrir los avatares de la
persecución judía por lo que a los tres años sus padres deciden mudarse a Viena
en donde tienen que vivir sufriendo de una gran precariedad económica, de
hacinamientos y de la ayuda de la familia materna. Estas elementales necesidades marcaran de
manera decisiva el carácter y tenacidad del destacado pensador.
Poco a poco se va haciendo un joven taciturno, se refugia en los libros y descubre una gran pasión por los idiomas, clásicos y modernos, la lectura dela
Biblia , la literatura y el inglés de Shakespeare de
quien admira su profundo conocimiento
sobre la naturaleza humana. Al tener que
escoger su carrera se encontró sin una vocación especialmente definida, la
limitación que ofrecía la Viena
imperialista a los judíos ayudaría en su definición por la Medicina a pesar de
expresar “No tengo noticias de haber tenido en mis años tempranos ansia alguna
de ayudar a la humanidad doliente... Tampoco me dio nunca por jugar al
doctor” Sin embargo descubre desde
temprano una gran inclinación por comprender algo de los enigmas del mundo y
contribuir a su solución. En este campo médico se siente especialmente atraído
por las clases que dictara el célebre anatomista del cerebro Meynert sobre
psiquiatría. Cuando contaba veinte años de edad Ernst Brücke, profesor suyo, lo
invita a participar en sus investigaciones y lo lleva a su laboratorio, donde
el joven se siente en total libertad para comenzar a indagar sobre sus propias interrogantes
en Neurofisiología. Freud manifiesta que
fueron los años más felices de su juventud. Entre otros aciertos en el mundo
científico Freud señala el carácter unitario de la neurona lo que va a
constituir la base de toda la neurología moderna posterior y señala el valor
medicinal de la cocaína. Consideró al profesor Brücke “la más alta autoridad
con quien me haya encontrado jamás”.
Poco a poco se va haciendo un joven taciturno, se refugia en los libros y descubre una gran pasión por los idiomas, clásicos y modernos, la lectura de
Poco tiempo después de graduado de
médico se enamora de una amiga de sus hermanas, Marta Bernays con quien se
compromete oficialmente. Este vínculo lo presiona para salir de su muy incómoda
situación económica y para definitivamente decidirse por especializarse en lo
que ya constituía su principal interés, la neurología. Estaba ya trabajando
como médico asignado al instituto psiquiátrico dirigido por Meynert. Consulta
con su compañero Josef Breuer y decide solicitar un puesto en el Departamento
de Enfermedades del Sistema Nervioso. En 1885 Freud consigue su primer cargo de
importancia como profesional, se le asigna la cátedra de Neurología en la Universidad de Viena. En
este ambiente constata como la ortodoxia y la comodidad de los profesores
incuestionables haría imposible el avance y la búsqueda de la verdad en cuanto
al origen y tratamiento de las Neurosis, que comenzaba a ser problema dentro de
la epidemiología clínica de la época. Es
entonces cuando aspira a una beca para ingresar a trabajar con el Dr. Jean
Martin Charcot en la
Salpêtriere , en París. Conocía del tratamiento
revolucionario, la hipnosis, que estaba aplicando este eminente científico con
las enfermedades del sistema nervioso. Allí Freud llegó a destacarse y a ser
amigo personal de Charcot, con quien se convence de que la histeria es una
enfermedad de origen psicológico que requiere su propia y definida terapéutica.
Es así como la psicología adquiere para él su principal tema de interés y se va
apartando del microscopio y de los estudios anatómicos. Al llegar a Viena
presenta sus hallazgos en el campo de los que sólo recibe frialdad e ironía. Su terquedad y profunda convicción le cierran
definitivamente las puertas de la academia en Viena. A pesar de este rechazo
académico su consulta privada comienza a tener éxito y con ello su persistente
deseo de contraer nupcias con Marta. El 14 de setiembre de 1886 comienza a
construir su nuevo hogar.
Freud siempre tuvo necesidad de un
amigo cercano con quien poder compartir sus inquietudes clínicas, al comienzo
de su actividad privada estuvo muy cerca de Breuer y ambos fueron descubriendo
la importancia de la catarsis en la cura de la histeria. Es así como ambos pensadores comienzan a
transitar por el mundo del inconsciente sin contar con una técnica ni con una
teoría acabada de la psique. El caso
conocido como el de “Anna O” constituye el primer esfuerzo intelectual y de
indagación en la comprensión de este mundo en el que hasta entonces nadie se
había atrevido a entrar y en la importancia de la palabra para el tratamiento
de las neurosis. De este trabajo común y
sostenido nace “la asociación libre” como herramienta terapéutica y base del
psicoanálisis. Según este método Freud
pedía al paciente que se recostara sobre un cómodo sofá, que tratara de decir
todo lo que le pasara por la cabeza con la menor censura posible y si el paciente
mostraba resistencia colocaba la mano en su frente y presionaba levemente. Cada
vez más Freud fue perfeccionando su técnica, dejando al psicoanalista solo para
interrumpir ocasionalmente. Con este método Freud descubre la importancia de
las fantasías sexuales en la aparición del síntoma neurótico, y de esta forma
concluye que toda neurosis es el producto de la represión que siempre es de
contenido sexual.
Emprendió de esta forma una fuerte
lucha con su entorno social y académico, que vieron con horror lo que
calificaron de una obsesión perversa de Freud. No transigió, pero no le quedó
otro camino que pagar un alto precio por su indomable voluntad. Se revistió de
una actitud de aislamiento y se subió a un pedestal frente a sus colegas lo que
emprendió en términos de defensa pero a la vez le permitió seguir adelante con
su trabajo. En este estado tuvo la
necesidad de encontrar a otro interlocutor, Freud en realidad soportaba poco la
soledad intelectual, el escogido fue Wilhelm Fliss. De esta forma Freud sentía
que al menos una persona valoraba su trabajo intelectual. En esta época Freud
sufre su más aguda crisis existencial, pasa por períodos de depresión intensos
o períodos de euforia que le impiden su trabajo intelectual y lo fuerzan a
realizar más bien el trabajo de su propio inconsciente. Fliss ocupa el lugar de
su analista. Al final de esta difícil etapa Freud sentencia: “Soportar las
verdades totalmente desnudas y enfrentar con toda calma las circunstancias, he
aquí la cumbre de la soberanía”.
Su personalidad, impregnada de una
tendencia natural a la sinceridad y de un amor inquebrantable a la verdad y a
la justicia, repudiaba todas las formas de engaño y ambigüedad, todas las
molestas e hipócritas formalidades habituales en las relaciones sociales.
La actitud emocional hacia colaboradores
y amigos tuvo siempre una gran trascendencia para él, pues la presencia de
ellos acallaba, de alguna manera, la inseguridad en su obra o los fallos en su
autoconfianza. A la vez creaba en él una particularísima susceptibilidad,
íntimamente unida al peligro y al miedo a perderlos. Esa necesidad de los demás
se veía acentuada, a menudo, por un sentimiento de dependencia, que producían
irremediablemente la sobreestimación de la otra persona. El riesgo de un
ulterior desengaño era casi inevitable.
Freud nunca creyó en la existencia de
un ser sobrenatural y la verdad es que tampoco sintió la necesidad afectiva de
tal creencia. Pensaba que todas las explicaciones estaban en el mundo de la naturaleza
y consideraba ilusorio, superfluo, la invención de otro mundo imaginario fuera
de ella. Sin embargo, siempre le intrigó el tema religioso, en concreto, los
motivos que la gente tenía para necesitar dichas creencias. De dicha indagación
construye gran parte de su teoría sobre
el inconsciente y las neurosis. Como dato curioso sobre su dinámica emocional
Freud confiesa “Un amigo íntimo y un odiado enemigo fueron siempre
indispensables a mi vida emocional”
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